Consejos prácticos para salir de deudas

¿Conoces a alguien que trabaje para pagar el mínimo sus tarjetas de crédito? ¿O a alguien que retire dinero de una tarjeta para cubrir el pago mínimo de otra? Cuando una persona ha caído en algún escenario semejante normalmente está cerca de tocar fondo en su crisis financiera personal (si no es que no lo ha hecho ya), siendo el problema de fondo que éstas prácticas en realidad sólo empeoran la situación no logrando más que engañarse uno mismo. Pero hay una buena noticia: sí es posible salir de deudas y de eso conversaremos hoy.

Primer paso – Sé honesta u honesto contigo mism@

La situación en la que te encuentras es producto de tus decisiones y de tus hábitos financieros y de consumo. ¿Compraste a crédito porque no tenías el dinero? ¿Era una promoción que no podías dejar pasar? ¿Se trataba de un producto que siempre habías añorado? ¿Aprovechaste los meses sin intereses sin confirmar primero que tuvieras el flujo de efectivo para poder cubrir los pagos durante el plazo? No se trata de ponerse a la defensiva, sino de que el problema debe ser atacado de raíz si es que en verdad quieres saldar tus deudas… Y como el problema lo ocasionaste tú, sólo un sincero cambio de actitud de tu parte te permitirá salir adelante. Me explico: Aún si te ganaras un sorteo y saldaras todas tus deudas, si no cambias tus costumbres te seguro que volverías a endeudarte.

Segundo paso – Esconde tus tarjetas de crédito

Y si sabes que tu voluntad necesita de ayuda, entonces entrégale tus tarjetas a alguien de tu entera confianza quien no te las devuelva sino hasta que hayas saldado tus deudas. De nada sirve el esfuerzo y los sacrificios que llevarán a cabo tú y tu familia si sigues utilizando tus tarjetas. Eso como en las caricaturas donde alguien está tratando de tapar un hoyo al tiempo que otro está sacando la tierra.

Tercer paso – Lleva un presupuesto

Es imposible salir de deudas si no tienes el control de tus finanzas, y si no tienes claro en qué se va lo que ganas, simplemente significa que no tienes ése control. Llevar tu presupuesto es sencillo, requiriéndose únicamente tu perseverancia y compromiso. Compartimos hace algún tiempo un artículo al respecto el cual podría serte de utilidad: El ABC en la elaboración de tu presupuesto.

Cuarto paso – Reduce gastos e implementa los mayores ahorros posibles

Identifica los gastos que puedes reducir o eliminar teniendo en todo momento presente que entre más agresiva o agresivo seas, más rápido saldrás de deudas. De la misma manera busca generar ahorros (en el consumo de luz o gasolina, por ejemplo) de manera que tengas más recursos para destinar al pago de tus tarjetas.

Quinto paso – Habla con tus acreedores

Hay un principio básico que juega a tu favor: Los bancos y casas comerciales a los que les debes quieren tanto como tú que les pagues. A nadie le conviene que te conviertas en un cliente moroso, por lo que si demuestras un deseo firme de pagar, la mayoría de tus acreedores estarán dispuestos a flexibilizarse, condonarte intereses moratorios, incluso a postergar pagos, siempre que te comprometas y que cumplas con lo acordado.

Sexto paso – Organiza el pago de tus tarjetas

Ya que gracias a tu presupuesto conoces tu capacidad real de pago la cual se ha visto incrementada gracias a la reducción de gastos, completa el presupuesto con el pago de tus deudas. Es necesario pagar cuando menos lo mínimo acordado a cada uno de tus acreedores, enfocando todo el excedente que tengas en saldar las deudas que consuman por su monto el mayor porcentaje de tu dinero, o aquellas que representen un mayor costo (intereses y comisiones). En esta parte podrías aprovechar opciones para unificar tus adeudos, es decir, que transfieras todos los adeudos a una única tarjeta o préstamo de manera que tengas un único crédito qué pagar. Muy importante: Para que esto último surta efecto, es imprescindible que no utilices tus tarjetas sino hasta que saldes todas tus deudas, ya que en caso contrario podrías endeudarte aún más al disponer de las líneas de crédito que liberaste al pagarlas con el préstamo otorgado.

Séptimo paso – Procura generar ingresos adicionales

El problema que tiene la reducción de gastos es que se encuentra limitada: Tarde o temprano llegarás a un punto donde ya no es posible reducirlos más. En cambio, la generación de ingresos es potencialmente ilimitada aunque ciertamente requiere de creatividad, visión y determinación para lograrlo. Eso sí, si lo logras, el tiempo que requieres para saldar tus deudas se reduce drásticamente. También en este caso hay un artículo que podría servirte e inspirarte: Los Ingresos de Emergencia, opción para superar tiempos difíciles.

Octavo paso – Cancela tus tarjetas conforme las vayas saldando

Como decíamos en un principio, de nada sirve que saldes tus cuentas si vuelves a endeudarte. Así que evita la tentación de utilizar el dinero plástico cancelando tus cuentas y destruyendo tus tarjetas en el momento que quedan saldadas. Bien utilizadas las tarjetas son una buena herramienta de financiamiento, siendo suficiente el que mantengas una tarjeta bancaria y otra comercial. Más tarjetas sólo sirven para incrementar la posibilidad – y la tentación – de utilizarlas con el riesgo de que te vuelvas a endeudar.

Noveno paso – Involucra a tu familia

¡No cometas el error de llevar a cabo este esfuerzo solo o sola! Si no tienen todos en casa el mismo objetivo por delante, tu política de austeridad generará fricciones y momentos desagradables en tu hogar. Si bien el dinero no da la felicidad, la falta del mismo destruye relaciones siendo las discusiones provocadas por problemas financieros de las más amargas en una relación. Es por ello que todos deben tener claro qué está sucediendo, qué se está buscando, qué se va a hacer para lograrlo y cuánto tiempo va a llevar, de manera que jalen todos parejo.

Una vez que saldes tus cuentas festeja con tu familia el logro que alcanzaron como equipo, ya sea con una comida, con un paseo o con alguna otra actividad que les una y motive. ¡Bien se lo merecen después del esfuerzo y sacrificio realizado! ¿Y cómo vas a pagar este festejo? Confío no estés pensando en dar el tarjetazo… En vez de ello considera en tu plan una mensualidad adicional a las necesarias para saldar tus deudas, utilizando ese dinero «extra» para la celebración.

Décimo paso – No tropieces dos veces con la misma piedra

Una vez que logres saldar tus deudas, no corras a endeudarte nuevamente. En vez de ello procura destinar al ahorro cuando menos una parte del dinero que anteriormente utilizabas para pagar tus deudas, lee los artículo Usa tu Tarjeta de Crédito ¡Sin endeudarte! y La trampa de los Meses sin Intereses poniéndolos en práctica, y ten siempre presentes la regla de oro para el buen uso de las tarjetas de crédito:

Sólo usa la tarjeta cuando sepas que cuentas con el efectivo para pagarlo. Tener finanzas personales sanas significa que se tiene la capacidad de pagar al banco o comercio el total de tu saldo al momento del corte de la tarjeta, sin poner en riesgo con ello a tu flujo de efectivo.

¡Éxito!

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