Tácticas de ahorro

Las tácticas de ahorro – preparando tu futuro (Provisiones, Reservas y Fondos)

Revisando por solicitud de un amigo su presupuesto, observábamos los rubros relacionados con su ahorro. En lo particular es un ejercicio que recomiendo ya que los montos y conceptos en los que ahorras reflejan de forma objetiva tus prioridades y tu visión del futuro, siendo por tanto una herramienta para visualizar dónde te encontrarás en el mediano y largo plazo. Provisiones, reservas, fondos de ahorro, son los movimientos tácticos sobre los que se fundamenta una estrategia de ahorro, y en esta ocasión hablaremos de ellos para que tú también realices el ejercicio sobre tu propio presupuesto y evalúes así a donde te está llevando tu estrategia de ahorro actual.

Provisiones

Qué son: Las provisiones son aquellos importes que separas de tu gasto diario para cubrir pagos específicos que sabes tendrás en el corto plazo, siendo útiles para balancear tus gastos a través de tus períodos de pago de forma que no tengas picos elevados que te desequilibren.

Cómo se implementan: Un buen ejemplo podría ser el pago de la luz que en muchos países es bimestral, llegando a ser de un importe significativo en muchos hogares. Supongamos que tu pago promedio de luz sean $1000 y que tu pago sea quincenal. En vez de tener que ajustar tu presupuesto cada vez que llega a tu casa el recibo de luz para absorber esa cantidad, podrías separar cada quincena $250 para ahorrarlos y, llegado el momento, retirar los $1000 para pagar la luz. Los gastos decembrinos, las inscripciones y compras de útiles escolares y los mantenimientos preventivos del automóvil, son otros buenos ejemplos de rubros en los que puedes generar una provisión.

Qué reflejan: Las provisiones realmente son proyecciones de tus gastos a través del tiempo, indicando que eres una persona ordenada y previsora. Por tanto, la visión a futuro de quien aprovisiona es que mantendrá un flujo de efectivo sano. Sin embargo, si su único objetivo de ahorro es crear provisiones, estará indefenso ante los imponderables de la vida, sin la capacidad de abordar proyectos a largo plazo más exigentes financieramente como serían los estudios universitarios de sus hijos pequeños o su retiro.

Reservas

Qué son: Las reservas representan un ahorro a corto o mediano plazo sobre situaciones que consideras probable que sucedan y de las cuales desconoces el monto específico que necesitarás para cubrirlas. En sí son tu escudo financiero ante situaciones inesperadas, el cual evita que te tomen desprevenido reduciendo el impacto de esos gastos imprevistos sobre tu flujo de efectivo(en términos prácticos, sobre tu bolsillo).

Cómo se implementan: Quizá el mejor ejemplo sea la reserva para emergencias (otros autores lo nombran fondo de emergencias), para el cual supongamos separes un 2% del total de tus ingresos, es decir, que ganando $3000 quincenales, separes $60 ahorrándolos cada quincena. De tener que afrontar un imprevisto al año de estar incrementando tu reserva, tendrás $1440 – mas intereses – disponibles, es decir, cuando menos el 50% de tu pago quincenal. Otros ejemplos de reservas podrían ser gastos médicos menores (gripas, problemas intestinales, medicamentos), gastos no presupuestados (regalos de cumpleaños, material escolar), reparaciones menores en el hogar (fugas de agua, cortos).

Nota importante: una reserva de emergencias nunca suplirá un seguro, como pueden ser los de automóvil, hogar, responsabilidad civil o gastos médicos

Qué reflejan: Las reservas complementan a las provisiones fortaleciendo tu respuesta financiera ante los imponderables de la vida. Hablan de que eres una persona prudente y disciplinada, que busca estar preparada para el futuro reduciendo los sobresaltos, mas por sí solas no te permitirán abordar proyectos a largo plazo, sino solamente reducir el impacto hacia esos proyectos de gastos imprevistos.

Fondos de ahorro

Qué son: Representan esos ahorros que incrementas a través del tiempo con los importes que separas de tus ingresos para formar un capital para el futuro, depositándolos en cuentas de ahorro o de inversión. Son los que te permiten prepararte para tus proyectos, principalmente hablando a mediano y largo plazo.

Cómo se implementan: El ejemplo por antonomasia seguramente son los fondos para el retiro, obligatorios en muchos países por ley, por lo que son retenidos directamente de la nómina y depositados, junto con las aportaciones patronales y gubernamentales, en el fondo del trabajador (AFORES en México). Otros ejemplos podrían ser un fondo para abrir tu propio negocio, o un fondo para los estudios universitarios de tus hijos pequeños, o viajar al extranjero, adquirir tu casa, o los quince años de tu hija.

Qué reflejan: Cada fondo, si es llevado con perseverancia y disciplina, no tiene por qué no alcanzar el objetivo para lo que fue creado. Por tanto, es de esperar que una persona tenga en su futuro su propio negocio si se está preparando para ello. Es de esperar que conozca otros países si en ello está enfocada. Es de esperar que tenga la casa de sus sueños si se mantiene fiel a su esfuerzo. Sin embargo, los principales enemigos de los fondos de ahorro son los gastos imprevistos así como el tener que afrontar las emergencias, siendo estos algunos de los motivos de porqué los fondos de muchas personas se diluyen entre sus manos. El incluir en tu presupuesto provisiones y reservas te ayudarán a reducir de forma importante estos riesgos.

Ausencia de rubros de ahorro

Qué refleja: Aún que la gran mayoría de las personas reconocen al ahorro como un hábito que todos debiéramos tener, siendo una de las habilidades financieras básicas para tener finanzas personales sanas, son muchos los hombres y mujeres que no contemplan rubros de ahorro en su presupuesto bajo los más diversos motivos: apenas les alcanza para vivir, tienen otras prioridades, viven el hoy, nadie les garantiza el futuro, no saben cómo… Por tanto, es de esperar que el futuro les depare, precisamente, el que sólo les alcance para vivir, viviendo a expensas de la suerte y los vaivenes de la vida, requiriendo seguramente de créditos y préstamos para completar su gasto.

El hábito del ahorro realmente es la piedra angular de tus finanzas personales, por lo que es conveniente que revises tu presupuesto para observar a donde te está llevando tu estrategia de ahorro. Y de igual manera, cada vez que revises tu presupuesto por variar tus ingresos, tus gastos o porque requieras realizar algún ajuste, aprovecha para revisar los rubros destinados al ahorro.
Para complementar tu esfuerzo de ahorro, es muy interesante revisar los instrumentos de ahorro e inversión disponibles para escoger aquellos que mejore se adapten a tus necesidades, dándote los mejores beneficios.

¿Hoy manejas provisiones, reservas o fondos de ahorro? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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Ahorro en Cajas de Ahorro

¿Es recomendable ahorrar en Cajas de Ahorro?

Para empezar, es importante hacer notar que existen 2 conceptos totalmente distintos de cajas de ahorro de los cuales hablaremos a continuación: Las Cajas de ahorro de Trabajadores y las Cajas de Ahorro Populares.

Cajas de Ahorro de Trabajadores

El fundamento y espíritu de éste tipo de cajas de ahorro es la ayuda mutua entre una comunidad de trabajadores definida. Están formadas por los empleados de una empresa, se capitalizan con el fondo colectivo del ahorro de los mismos trabajadores, y son administradas por un comité técnico que usualmente está formado por ejecutivos de la misma empresa. Dependiendo de las políticas y reglas que se configuren para la operación de cada caja, la participación y “cuotas” son voluntarias y descontadas sistemáticamente por nómina, se puede contar con diferentes plazos para ahorrar y los afiliados obtienen la posibilidad de solicitar préstamos bajo condiciones y tasas de interés muy preferenciales.

Algunas cajas de ahorro de trabajadores tienen beneficios adicionales:

  • Suelen tener rendimientos muy superiores a las cuentas de ahorro bancarias y de las cajas de ahorro populares;
  • Regularmente se manejan préstamos con los menores intereses del mercado;
  • Al ser descontado el pago del préstamo igualmente vía nómina, es el propio historial laboral del trabajador en la empresa lo que garantiza el monto prestado, por lo que los requisitos para solicitar un préstamo son más sencillos que en bancos y cajas de ahorro populares;
  • En algunos casos se cuenta con una opción de ahorro a la vista además de otros plazos más largos, donde se realizan los depósitos de las aportaciones del empleado;
  • Las aportaciones del empleado se realizan vía nómina, lo que ayuda al empleado a ahorrar al no tener en sus manos el dinero destinado al ahorro y con él la tentación de gastarlo;
  • Por ley, las cajas de ahorro de trabajadores no generan impuestos, es decir, no retienen al ahorrador impuesto alguno por los intereses que su ahorro le hubiese generado, siendo éste el motivo por el cual, en valores netos, llegan a tener rendimientos superiores al mercado;
  • Finalmente un punto de lo más interesante: Al no generar impuestos, las cajas de ahorro de trabajadores establecidas de forma correcta, son también exentas del IDE (Impuesto a Depósitos en Efectivo), con lo cual puedes depositar en ellas el dinero en efectivo que requieras (como por ejemplo, la venta de tu auto, un préstamo importante que te hubiese dado un familiar, las ganancias de alguna asesoría o servicio personal que hubieses realizado) sin preocuparte por rebasar los 15 mil pesos a partir de los cuales bancos y cajas de ahorro populares se ven obligados a retenerte dicho impuesto.

Estas cajas de ahorro no están reguladas por la CNBV ni los ahorros se encuentran vigilados por la CONDUSEF. Es la propia empresa y/o el comité técnico los que garantizan a los trabajadores sus ahorros.

Las Cajas de Ahorro de Trabajadores debidamente establecidas y operadas por empresas expertas y especializadas en este tema, como ODESSA*, son una extraordinaria opción de ahorro.

Cajas de Ahorro Populares

En principio, las cajas de ahorro nacen cuando un grupo de personas, sin importar su fuente laboral, procedencia o condición alguna, deciden reunir sus recursos para apoyarse mutuamente en casos de necesidad. Es decir, se fundamentan en la ayuda mutua y en la solidaridad más allá de en la obtención de rendimientos por la inversión de su dinero. Claro, esto es sólo en principio. En la práctica, algunas de los directivos de las nacientes cajas populares pueden caer en la tentación de utilizar los recursos para sus propios fines, o perder los recursos de los socios en una inversión que no resultó como esperaban.

Pero esto no significa que todas las “cajas de ahorro populares” sean inseguras. En el caso de México, las cajas de ahorro se encuentran reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) a partir del 2001, según la Ley de Ahorro y Crédito Popular, teniendo la posibilidad de intervenir la caja en caso de sospecha de fraude. Adicionalmente, el ahorro de los socios se encuentra protegido por la CONDUSEF al igual que las cuentas de ahorro bancarias tradicionales. Sin embargo, es importante aclarar que no todo aquel que se presenta como una caja de ahorro popular necesariamente se encuentra regulado, por lo que es conveniente que antes de afiliarte a una de éstas cajas primero verifiques que se encuentre registrada ante la CNBV.

Usualmente, al participar en una caja de ahorro la persona no se vuelve un cliente o cuenta-habiente como ocurre en los bancos, sino que ingresa como socio. Al ser socio, se tiene la obligación de entregar un capital inicial, de depositar aportaciones periódicas, y de participar en las reuniones de la caja donde la misma toma decisiones de forma democrática en cuanto a su directiva, inversión de excedentes, o nuevos productos a ofrecer a los socios entre otros rubros.

El capital inicial no es más que el monto mínimo de ahorro que tiene que alcanzar el socio para tener derecho a los beneficios de la caja, y las aportaciones son montos fijos que se compromete depositar el socio de forma semanal, quincenal o mensual para incrementar dicho capital. De esta forma vemos que el capital que aporta el socio a la caja (llamado Capital Social) es su propio ahorro.

Adicionalmente, el socio puede solicitar préstamos a la caja dando como garantía su capital social, usualmente hasta por el doble del total que tiene ahorrado. Para obtenerlo, normalmente se requiere tener cubierto el capital inicial y estar al día en las aportaciones periódicas.

Algunas cajas de ahorro populares, adicionalmente a lo ya mencionado, tienen otros productos disponibles para sus clientes, como pueden ser

  • Cuenta corriente, que permite al socio tener un ahorro independiente al del capital social, con la posibilidad de tener disponibilidad inmediata de su dinero y no afectar con sus retiros su capacidad de préstamos futuros;
  • Cuenta corriente empresarial, que permita al socio tener una cuenta independiente para llevar los recursos de su negocio en caso de tenerlo;
  • Diferentes planes de crédito específicos para vivienda, compra de automóvil o para financiar un negocio;
  • Cuentas de ahorro a plazo fijo, desde las comunes de 28 días.

Las Cajas de Ahorro Populares tienden a tener rendimientos superiores los bancarios. Sin embargo, es importante recordar que el espíritu de las cajas de ahorro es la cooperación y la ayuda mutua sobre los beneficios personales, por lo que no es posible garantizar que en todo momento tendrán mejores rendimientos.

En el caso de los préstamos, sus tasas de interés suelen ser menores a los bancos y con requerimientos menos exigentes. Esto es así debido, nuevamente, a la naturaleza de ayuda mutua que impera en las cajas de ahorro, además de encontrarse garantizado el pago del préstamo por el capital social del socio.

Los indicadores que reflejan la salud de tus finanzas personales

Existe un muy antiguo refrán que dice “Lo que no puede medirse, no puede mejorarse“, y las finanzas personales no son la excepción. Al igual que el corredor se fija en el tiempo que tarda en recorrer cierta distancia, el alumno en el promedio de sus calificaciones, el empresario en el total de sus ventas o quien desea adelgazar en su talla, peso o si la ropa le queda, tu bolsillo también tiene indicadores que te permiten evaluar tu situación financiera de forma que puedas observar el resultado de tu esfuerzo por mejorar tu nivel de vida y el de tu familia de forma objetiva. Es claro que existen muchos indicadores y que la preferencia entre unos u otros depende de cada persona, pero los que voy a presentarte son los que he observado como más representativos y que en la práctica su seguimiento da mejores resultados.

1. Llevar un Presupuesto

Descripción: Plan escrito de cómo serán distribuidos tus ingresos entre tu ahorro, provisiones, gastos y compromisos financieros, el cual debe ser actualizado cada vez que tengas una variación en cualquiera de esos rubros como podría ser un incremento de sueldo, la compra de algún producto a plazos o el incremento de las colegiaturas en la escuela de tus hijos.

Importancia: El presupuesto es la base de tus finanzas. No llevarlo significa desconocer cuánto ganas y cuánto realmente gastas, reaccionar a las circunstancias en vez de planear para afrontarlas. Te impide ser consciente de tu flujo de efectivo.

Valores:
a) Sí llevo un presupuesto y procuro que esté actualizado así como cumplirlo.
b) Sí, pero me cuesta mucho tenerlo actualizado y muchas veces no lo considero al realizar mis gastos
c) No llevo un presupuesto

Para mejorar: Sé que para algunos será tedioso, para otros difícil de cumplir, pero como ya te comenté el presupuesto es la base de tu salud financiera. Si aún no llevas uno tómate el tiempo para hacerlo, procura mantenerlo actualizado y sé disciplinado al seguirlo. Puedes apoyarte en el artículo 10 Consejos para la elaboración de tu presupuesto.

2. Tu Flujo de Efectivo

Descripción: Determina tu capacidad de afrontar tus gastos y compromisos financieros, es decir, qué tanto tus ingresos logran cubrir tu necesidades y las de tu familia, así como tus deudas y tu ahorro. Para determinarlo te basas en tu presupuesto.

Importancia: Para mí es quizá el más importante de los indicadores ya que refleja sin lugar a dudas dónde estás parado, permitiéndote identificar fugas de dinero, zonas de amortiguamiento (gastos que puedes reducir o suprimir en caso de necesidad) y que tan apremiante es la necesidad real de incrementar tus ingresos, es decir, el que tu ingreso te sea suficiente descontando fugas de dinero y zonas de amortiguamiento.

Valores:
a) Si tus ingresos no logran cubrir tus gastos y compromisos, estás sumido en una crisis financiera severa. Lo más importante es romper el círculo vicioso de endeudarte porque no tienes para pagar tus necesidades lo que te lleva a endeudarte para cubrirlas: identifica y elimina tus fugas de dinero, aprovecha las zonas de amortiguamiento e incrementa tus ingresos.
b) Si el mayor porcentaje de tus ingresos se va en el pago de deudas, tienes una precaria salud financiera. Observa tus hábitos de consumo, quizá no todo lo que compras sea realmente necesario. Da prioridad al ahorro, se paciente para obtener aquello que deseas, y si hay algo en especial que deseas adquirir o disfrutar, haz el esfuerzo de generar un ingreso adicional para cubrir su costo antes de endeudarte aún sea a meses sin intereses.
c) Si el mayor porcentaje de tus ingresos lo dedicas a cubrir tus necesidades diarias, mayor es tu dependencia a tu ingreso para vivir al día, lo que te vuelve vulnerable ante los imponderables que suele presentarnos la vida. Busca ahorrar lo que hoy se te va en fugas de dinero, aprovecha las zonas de amortiguamiento, y ese dinero deposítalo en una cuenta de ahorro como provisión para eventos futuros. También es recomendable que te esfuerces por incrementar tus ingresos.
d) Si el mayor porcentaje de tus ingresos lo destinas al ahorro a corto plazo, podemos hablar de que disfrutas de estabilidad financiera encontrándote preparado para enfrentar el futuro. Observa la fuente de tus ingresos… Quizá sea hora de buscar ingresos que no dependan de tu fuerza personal, como son las inversiones, rentas, patentes y regalías.
e) Si la mayor parte de tus ingresos la destinas al ahorro a largo plazo y a las inversiones, hablamos entonces de que disfrutas de holgura financiera.

Para mejorar: Como podemos ver, cada valor del Flujo de Efectivo lleva intrínseco la clave para mejorar este indicador.

3. Tu liquidez

Descripción: Determina tu capacidad de pago en dinero efectivo. En muchas ocasiones una persona puede tener un flujo de efectivo sano pero no tener un peso en su bolsa, aún tenga mucho dinero en instrumentos de inversión, activos o ahorro a plazos.

Importancia: La liquidez es la que te permite pagar los productos y servicios que requieres día con día. Quien no tiene liquidez requiere recurrir a préstamos o a su tarjeta de crédito, con lo cual, lo único que gana, es mermar su flujo de efectivo futuro.

Valores:
a) Sin liquidez, es decir, no tienes capacidad de pago en efectivo.
b) Liquidez precaria, es decir, tienes lo justo que requieres para realizar tus pagos.
c) Liquidez, es decir, tienes disponible más dinero del necesario para tus gastos.

Para mejorar: Si requieres mejorar este indicador, es necesario identifiques el motivo por el cual no tienes la liquidez suficiente.

  • ¿No tienes un flujo de efectivo sano? Empieza por ahí: reduce fugas de dinero, aprovecha zonas de amortiguamiento e incrementa tus ingresos
  • ¿Tienes tu dinero “atrapado” en instrumentos de inversión y ahorro a plazo? Revisa tu estrategia de ahorro e inversión: Recuerda que debes tener una cuenta de ahorro a la vista (tarjeta de débito o chequera) con dinero suficiente para el día a día, quizá complementada por una inversión o ahorro de vencimiento diario (disponible en 24h)
  • ¿Tienes tu dinero invertido en activos (casas, autos, oro)? Recuerda que no puedes comer una bujía, ni pagar la colegiatura con una piedra, ni comprar en el supermercado pagando en caja con una onza de oro. Si tus activos no te proporcionan un flujo de efectivo (rentar la casa, por ejemplo) quizá debieras vender alguno para hacerte de liquidez, o esforzarte en generar un ingreso que te garantice la liquidez que necesitas.
  • ¿Te autofinancias a través de tus ahorros y por ello no tienes dinero? Si bien el autofinanciamiento es una práctica recomendable, debes considerarla como lo que es: una deuda. Por tanto, no seas condescendiente contigo mismo viéndote como el acreedor al que no le pagan… realmente eres el deudor incumplido.
  • Como punto general, recuerda la regla de oro de las inversiones: No uses para invertir el dinero que necesitas para comer.

4. El rendimiento que te da tu dinero

Descripción: En este indicador puedes ver reflejado que tan eficiente es tu propio dinero trabajando para ti, es decir, los intereses y rendimientos que recibes por tu dinero ahorrado e invertido para necesidades futuras (no el que necesitas para tu gasto diario ni para tus pagos mensuales).

Importancia: Este indicador no busca evaluar el rendimiento de tu dinero como una fuente de ingreso (lo cual está contenido en el Flujo de Efectivo) sino que mide tu propia eficiencia para administrar tu dinero, lo que conlleva planear, analizar y evaluar diferentes opciones.

Valores:
a) Tu dinero no te genera rendimientos. ¿No ahorras? ¿Guardas el dinero en una alcancía, bajo el colchón, o en una cuenta que no te da intereses? Empieza por destinar parte de tus ingresos de forma constante al ahorro y acércate a un asesor para identificar algún instrumento de ahorro o inversión que se ajuste a tus necesidades.
b) Tu dinero te da rendimientos inferiores a la inflación. Estás perdiendo dinero aún que lo tengas en el banco o en un fondo de ahorro. Existen instrumentos que requieren un monto de apertura bajo que dan rendimientos superiores a la inflación, como pueden ser algunas cajas de ahorro de trabajadores, fondos de inversión y bonos del gobierno (CETES).
c) Tu dinero da rendimientos superiores a la inflación. Estás haciendo un buen trabajo y quizá sea hora de dar el siguiente paso: tomar las riendas de tus inversiones. Evalúa las diferentes alternativas de ahorro o inversión y compara sus rendimientos, escogiendo aquellos que te den mejores rendimientos.
d) Tu dinero trabaja para ti. Es quizá el punto al que muchos desearían llegar. Es cuando el flujo de efectivo que generan las inversiones es tal, que bien puedes considerarlo un ingreso adicional. Existen muchos casos que las personas llegan incluso a dejar de trabajar para dedicarse de lleno a sus inversiones

Para mejorar: Si bien es cierto que el importe de los rendimientos está relacionado con el total del capital que tengamos invertido, también es cierto que muchas veces no obtenemos mejores rendimientos más por falta de conocimiento que por falta de capital. Por ello es importante ser autodidacta: Lee libros y artículos relacionados al mundo de las inversiones, platica con personas con mayor experiencia, selecciona a un buen asesor financiero, relaciónate con personas que estén buscando andar el mismo camino que tú.

5. La Etapa Financiera en la que te encuentras

Descripción: Las Etapas Financieras son una serie de características en la vida financiera de una persona relacionadas con el origen de sus ingresos, la naturaleza de sus gastos y la urgencia de sus obligaciones. Puedes encontrar una explicación muy completa en Cómo Identificar (y prosperar en) las Etapas Financieras.

Importancia: La etapa financiera en la que te encuentras, al resumir en hechos tu nivel de endeudamiento, tu capacidad de pago y tu grado de desarrollo en diversas habilidades financieras como el ahorro, la inversión y el financiamiento, permiten concentrar en este único indicador muchos otros que pudieran manejarse de forma independiente, facilitándote su evaluación y seguimiento.

Valores: Las etapas financieras, según las puedes ver descritas en el artículo recomendado, son:
a) Dependencia Financiera
b) Autosuficiencia Financiera
c) Crisis Financiera
d) Estabilidad Financiera
e) Tranquilidad Financiera
f) Independencia Financiera
g) Libertad Financiera

Para mejorar: Identifica en qué etapa te encuentras y sigue las recomendaciones específicas para cada superar cada etapa.

Existen muchos otros indicadores que pudieran manejarse, y es muy probable que consideres que alguno de ellos sea demasiado importante para haberlo omitido en este artículo. Por favor inclúyelos en la sección de comentarios… poco hay tan valioso como la retroalimentación, además que podrá servirle a otros lectores para forjar su propio criterio.

Recuerda que no existen caminos instantáneos. Ni quien busca bajar de peso lo logra en la primera sesión en el gimnasio, ni el corredor completa el maratón la primera vez que se pone los zapatos para correr. En todos los casos debes primero identificar de forma honesta dónde te encuentras, definir a dónde quieres llegar y establecer un plan para lograrlo, dando seguimiento periódico a tus indicadores para que puedas evaluar el resultado paulatino de tu esfuerzo. Ten paciencia… Estoy seguro que con constancia y disciplina, lo lograrás.

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Ahorrar en época de vacas flacas

Ahorrando en época de vacas flacas

Una de las frases que más comúnmente escucho es “No puedo ahorrar” o “Apenas y me alcanza para cubrir mis gastos”. Sin embargo, el camino que lleva a mejorar nuestra situación financiera y con ello a ofrecer una mejor calidad de vida a nuestras familias pasa, invariablemente, por el ahorro. ¿El motivo? La única manera de dejar de vivir al día es teniendo un fondo de ahorro que te permita afrontar esos imponderables que tanto le gusta a la vida ponernos enfrente, además de permitirnos llevar a cabo nuestros planes y alcanzar nuestros objetivos sin necesidad de adquirir deudas que tan solo merman el bolsillo al comprometer nuestro flujo de efectivo. ¿Y cómo ahorrar cuando el dinero no alcanza? De eso hablaremos hoy.

El primer paso requiere que aceptemos con honestidad una verdad: sin importar cuánto estés percibiendo en este momento, si recibieras un diez por ciento más seguramente sabrías cómo usarlo para cubrir tus necesidades… Y por el otro lado, si recibieras un diez por ciento menos, verías cómo salir adelante aunque te representase un fuerte dolor de cabeza. El primer paso para el ahorro es separar parte de tus ingresos ajustando tus gastos.

¿Cuánto es recomendable separar? Una cantidad razonable es el 10% de tus ingresos… Pero no nos confundamos. Lo importante es que separes tu ahorro sin importar cuánto sea. Quizá sea sólo el equivalente a una lata de refresco diario, a dos cafés, o las palomitas de maíz del cine, pero como ya dijimos, es la semilla que te ayudará a desarrollar el hábito del ahorro.

¿Y dónde guardas ese dinero? La realidad es que si lo dejas a tu alcance, lo vas a gastar. Ya sea porque te salió un gasto no contemplado, o porque en ese momento no tenías efectivo, o porque estabas seguro que lo podrías devolver más adelante… Así que mientras más te compliques a ti mismo en tener acceso a ese dinero, mejor. Opciones hay muchas: La caja de ahorro de trabajadores en tu empresa generalmente es una extraordinaria alternativa , donde además de tener la facilidad de que tu cuota de ahorro sea descontada de tu nómina de forma sistemática, tu dinero está resguardado y puedes obtener intereses normalmente más altos que en el mercado, lo que te ayudará a defenderte de la pérdida de poder adquisitivo que provoca la inflación. También están otras opciones como bancos o cooperativas entre otros que tú ya conoces. El segundo paso es guardar el monto de tu ahorro en cuanto recibas tu dinero.

Acostúmbrate a ser más analítico a la hora de comprar o de adquirir productos o servicios. En muchas ocasiones dos personas que compran el mismo día el mismo modelo de televisión, terminan pagando cantidades sustancialmente diferentes… ¿El motivo? Las ofertas. En realidad el ahorrar es una habilidad que requiere tiempo y práctica. El tercer paso es esforzarte por desarrollar tu habilidad de ahorrar.

Poco a poco el dinero en tu cuenta de ahorro irá creciendo y tendrás la posibilidad de dividir tu capital de manera que te fortalezca financieramente. El cuarto y último paso es desarrollar estrategias de ahorro. Para ello:

  1. Aprovisiona dinero para gastos que sabes que tendrás en el corto plazo (si sabes que necesitas ir al oculista porque necesitas gafas, por ejemplo) o para tener un colchón ante emergencias o situaciones no contempladas;
  2. Reserva dinero para gastos fuertes que sabes tendrás en el mediano plazo (por ejemplo, la compra de útiles escolares o los gastos navideños), de forma que puedas poco a poco ir juntando el dinero para que no te signifique un quebranto cuando llegue el momento de realizar ese gasto;
  3. Genera fondos de ahorro a través de depósitos a largo plazo. Estos te permiten realizar esos proyectos como adquirir tu propia casa o cambiar de coche porque, además de un ahorro seguro, te ofrecen rendimientos muy superiores a las cuentas de ahorro normales o a los depósitos a corto plazo.

Lo más importante de todo es que no te desesperes. Tu estado de ánimo afecta a tus finanzas personales más de lo que muchos estamos dispuestos a aceptar. Por tanto, si en verdad quieres mejorar tu nivel de vida haz un esfuerzo para seguir estos pasos. Síguelos en este orden y no te saltes ninguno, ya que al fortalecer cada uno de ellos consigues facilitar el camino para realizar el siguiente.

¿Consideras qué es posible ahorrar aún cuando hace falta el dinero? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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El Fondo de Emergencias

Cómo crear tu propio Fondo de Emergencias

Un Fondo de Emergencias es una cantidad de dinero que ahorras para hacer frente a situaciones no planeadas donde necesitas liquidez en el momento para enfrentarlas, salvaguardando con ello tus finanzas, tu salud, y a tus seres queridos. Sin embargo el reto está no sólo en cómo formarlo, sino en qué estrategia seguir para salvaguardarlo en cuentas de ahorro e inversión. Hoy les presento una estrategia que en lo personal pongo en práctica y que ha sido de utilidad para otras personas.

I. Construyendo tu Fondo de Emergencias

  • Incluye en tu presupuesto un rubro específico para separar dinero para emergencias futuras. No lo tomes de lo que te sobra después de cubrir tus gastos, más bien planea tus gastos después de separar tu ahorro.
  • Procura separar cuando menos entre 1 y 3 pesos de cada 100 que ganes.
  • En cuanto recibas tu sueldo o tus ganancias sepáralo para que no tengas la tentación de gastarlo.
  • Si eres dueño de tu propio negocio, es conveniente que también tengas una provisión para las emergencias de tu empresa. Separa igualmente entre el 1% y el 3% recordando que esta provisión es ajena a tu fondo personal para emergencias, por lo que debes mantenerlas separadas.

II. Dónde depositarlo

  • La razón de ser del Fondo de Emergencias es tener el dinero disponible en el momento que lo necesites, por lo que es recomendable que lo tengas en una cuenta de ahorro a la vista (de preferencia asociada a tu tarjeta de débito para tener facilidad de pago y retiro de efectivo).
  • Si bien podrías mantener el dinero en tu cuenta eje, el riesgo de que termines usándolo en el gasto diario es grande, por lo que lo recomendable es separarlo a una cuenta específica.
  • El Fondo de Emergencia es un ahorro de corto plazo (es decir, una provisión) donde debe privilegiarse la liquidez. Por tanto, queda en segundo término los rendimientos e intereses que pueda darte la cuenta además de que el efecto de la inflación es despreciable.
  • Debido al punto anterior, busca que la cuenta donde salvaguardes tu Fondo de Emergencias no tenga comisiones ni exija mínimos forzosos o saldos promedios (o que éstos sean muy bajos).

III. Rendimientos en tu Fondo de Emergencias

  • Una vez que logras tener ahorrado un fondo que te permita enfrentar gastos menores, el excedente puedes ponerlo en un ahorro a plazo para ahora sí protegerlo en lo posible de la inflación a través de sus rendimientos.
  • El fondo base para tener en la cuenta de ahorro a la vista debe ser el suficiente para cubrir gastos que no puedan pagarse con tarjetas de crédito como honorarios, taxis, etc. Una forma de determinarlo es considerar 4 citas con un médico especialista (No porque vayas a ir al médico, sino tan solo para utilizarlo como unidad de medida). Donde vivo los honorarios promedio son de $550, por lo que el fondo base debiera ser de $2200.
  • Los excedentes a este importe podrías tenerlos en un ahorro fijo a 28 días (máximo). Una buena alternativa es depositarlo en la caja de ahorro de trabajadores de tu empresa en caso de tener esa prestación, ya que llegan a dar rendimientos superiores a los bancarios, CETES y Fondos de Inversión de renta fija.
  • Evita caer en la tentación de poner todo tu Fondo de Emergencias en una cuenta de inversión. Recuerda que el objetivo no es ahorrar – para ello, lo conveniente es incluir un rubro específico para el ahorro en tu presupuesto – sino estar preparado para un imponderable, para un evento que en muchas ocasiones no podrías prever que sucedería y ante el cual necesitas efectivo inmediato.

IV. Cómo utilizarlo

  • Tu Fondo de Emergencias es para enfrentar una emergencia, así que no dudes en usarlo. Esto lo subrayo porque he conocido a personas que prefieren endeudarse antes de tocar el dinero del fondo, confundiendo el objetivo del fondo (enfrentar financieramente un evento no contemplado) con el ahorro de mediano y largo plazo (dinero para el retiro, vacaciones, estudios o para poner en el futuro un negocio). Nuevamente, para esto último, lo mejor es incluir en tu presupuesto un rubro para el ahorro.
  • Ahora bien, úsalo sólo en emergencias, es decir, en situaciones en las que está en riesgo la salud o integridad de tu familia, o que te podría provocar gastos mayores de no atenderlo de forma oportuna. También he conocido personas que consideran una “emergencia” comprar una revista de colección, ir a ver un partido con los amigos o viajar a ver la presentación de un artista en otra ciudad… si lo vemos fríamente ninguna de éstas son emergencias.
  • Si es posible y eres una persona disciplinada, bien puedes aprovechar el financiamiento que otorgan las tarjetas de crédito pagando lo relativo a la emergencia con tu tarjeta y saldándola antes de la fecha límite de pago, tomando para ello el dinero correspondiente de tu Fondo de Emergencias. Esto te puede beneficiar por los puntos generados por el pago – la mayoría de las tarjetas contemplan programas de lealtad – y por el rendimiento que tuvieses en la cuenta donde mantienes tu fondo.

V. Cómo gestionarlo

  • ¿Recuerdas que sugería una líneas más arriba separar entre 1% y 3% de tus ingresos? Bien, cuando estés empezando procura separar cuando menos el 3%. Una vez que llegues al Fondo de Emergencias Base (el equivalente a las 4 citas con el especialista – $2200) reduce tu aportación al 1% si consideras que te cuesta trabajo mantener el ritmo del 3%.
  • En el momento que tomes dinero del Fondo Base, reponlo con el excedente que pudieses tener invertido al momento en que puedas realizar el retiro.
  • De no tener ese excedente, incrementa nuevamente tu aportación en tu presupuesto al 3%… o más, si puedes y quieres recuperar tu Fondo de Emergencias más pronto.

Para concluir, es importante reconocer que el Fondo de Emergencias no es suficiente para enfrentar cualquier emergencia de tu familia. Sirve para emergencias menores, pero no para los daños que puedes hacer con tu automóvil, o para reparar tu casa después de sufrir los embates de un temblor, un huracán u otro desastre natural, así como tampoco para atender enfermedades graves y largas como puede ser el cáncer o la diabetes.

Es por ello que el Fondo de Emergencias debe verse como parte de una estrategia más grande, como un complemento a pólizas de seguros que te permitan garantizar la salud y el bienestar de tu familia… Y sobre esta estrategia de cobertura a emergencias platicaremos en un próximo artículo.

¿Manejas en casa alguna estrategia para afrontar emergencias? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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Cuidado con la especulacion en el ahorro

Cuidado con la especulación, el canto de sirenas de los ahorradores

Más allá del sentido peyorativo con el que señalamos como «especuladores» a los inversionistas sin escrúpulos, existen muchos ahorradores que especulan – a veces sin darse cuenta – con cuentas de ahorro y otros instrumentos de inversión, siendo el resultado normalmente que terminan perdiendo dinero y dañando sus finanzas personales. En esta ocasión platicaremos sobre cómo sucede este tipo de especulación, de cómo afecta al ahorrador y qué hacer para evitar caer en este espejismo, a través de la experiencia de tres personas que en su momento me platicaron su historia…

El ahorro golondrino.

Hace tiempo me contactó una dama para que le recomendara dónde depositar su dinero. Tras la venta de una propiedad tenía un capital importante, el cual ya había movido entre diversas cuentas bancarias. ¿El motivo? Como le preocupaba no estar recibiendo los intereses que le correspondían por su dinero y desconfiando de los asesores de los bancos, prefería platicar con sus amistades sobre dónde ellos tenían su dinero, y en cuanto escuchaba de alguna cuenta que daba mejores rendimientos, retiraba su dinero para abrir una nueva cuenta donde ahora sí le dieran lo que con justicia merecía. El mayor problema es que los movimientos los hacía en efectivo, con lo cual en cada nuevo depósito le retenían el Impuesto para Depósitos en Efectivo (LIDE). ¿Resultado? No sólo perdía el rendimiento que hubiese podido ganar con el instrumento anterior, sino también parte de su capital…

El cazador de rendimientos

En una ocasión me contactó un joven que sentía que el sistema se burlaba de él: Cada vez que invertía su dinero en una buena oportunidad, la oportunidad desaparecía. Me contó que viendo que el dólar subía decidió comprar dólares, pero que al poco tiempo dejó de subir para posteriormente empezar a bajar. Entonces decidió comprar onzas de plata al ver que también estaba subiendo, para que al poco tiempo también su valor bajara. Finalmente, al escuchar que la bolsa estaba teniendo altos resultados como nunca antes, decidió invertir en fondos indexados… para que en menos de una semana perdiera más de tres puntos porcentuales. ¿Resultado? En cada operación que hacía terminaba perdiendo dinero, ya que vendió los dólares, la plata, y las acciones del fondo a un precio menor de lo que había pagado por ellos.

Parálisis de análisis

Platicando con un conocido me confió que tenía su dinero en una cuenta de ahorro a la vista, listo para transferir sus recursos en el momento en que se encontrara ante una buena oportunidad. Si bien la idea parecía razonable en un principio, platicando un poco más surgió que llevaba ya un tiempo prolongado analizando las diferentes opciones que le caían en las manos, estudiando estadísticas, hablando con diferentes asesores y elaborando complicados cuadros comparativos. Debo reconocer que me sorprendió la profundidad de sus investigaciones y que me mostró muchas cosas que yo no había siquiera escuchado, pero el problema era que la cuenta de ahorro le daba menos del 1% al año. ¿Resultado? Absorto en un análisis que no llevaba a ningún lado, que más que ayudarle le impedía tomar decisiones, no se daba cuenta que lo que obtenía por su dinero era muy inferior a la inflación, por lo que aún que viera que el monto de dinero que tenía en su cuenta se incrementaba poco a poco con el tiempo, en realidad perdía valor, y con ello poder adquisitivo.

Cualquiera de nosotros puede caer en alguno de esos escenarios sin darse cuenta, lo cual podemos evitar si seguimos algunos principios sencillos:

  • Se consciente que el rendimiento de los instrumentos de ahorro e inversión se encuentra en continuo movimiento, por lo que siempre habrá un instrumento que de mejores rendimientos respecto a donde tienes depositado tu dinero. Por tanto, no dejes que esto te preocupe;
  • Es una buena práctica el comparar diferentes opciones, pero una vez que decidas dónde depositar tu dinero, mantenlo ahí el tiempo determinado por el plazo o el horizonte de inversión del propio instrumento. Ahora bien, lo ideal es que mantengas tu ahorro cuando menos un año para que te des tiempo de observar cómo realmente se comporta;
  • Antes de cambiar de instrumento de ahorro, primero confirma que la nueva opción en realidad es mejor en cuanto a rendimientos, atención, calidad y servicio;
  • Los instrumentos de inversión como las divisas, los metales preciosos, los fondos de renta variable y la bolsa requieren de preparación para invertir en ellos. En todos estos casos la especulación es un ingrediente válido e importante, por lo que si te sientes interesado lee y capacítate antes de invertir. Para tus primeros pasos siempre será aconsejable que contactes a un asesor financiero honesto y experimentado;
  • No te dejes llevar por las noticias o los comentarios de los amigos. Las primeras tienden a ser sensacionalistas y tendenciosas, y tus amigos posiblemente tengas conocimientos respecto a instrumentos financieros semejantes a los tuyos;
  • No te dejes intimidar por las minusvalías, es decir, por ver que el rendimiento del instrumento disminuye y aún que se vuelva negativo. Recuerda: mientras no saques tu dinero, no tienes una pérdida real;
  • Es válido analizar las opciones pero hazlo de forma activa: tomando decisiones. La regla básica es obtener cuando menos rendimientos superiores a la inflación.

Finalmente, no te precipites ni te ciegues por conseguir siempre los más altos rendimientos: El éxito en las finanzas personales se parecen más al maratón (constancia) que a una carrera de cien metros planos (velocidad).

¿Qué opinas acerca de la especulación? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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La depresión y tus finanzas personales

Cómo afecta la depresión a tus finanzas personales y cómo vencerla

La salud y dinamismo de tus finanzas personales se ven definidas por habilidades financieras que es necesario desarrollar. Cuando estás deprimido estas habilidades se ven menoscabadas por tu estado de ánimo y por la falta de voluntad que la depresión conlleva, provocando el deterioro de tus finanzas. En esta ocasión veremos cómo detectar el efecto de la depresión en tus finanzas personales y cómo superarlo.

La habilidad de Generar Ingresos

Cómo te afecta: Al deprimirte descuidas la calidad de tu trabajo así como tus resultados, reduciendo tu esfuerzo y compromiso, y adquiriendo una visión negativa de cómo te valoran tus compañeros, superiores y clientes.

Sus consecuencias: Tus ingresos se ven reducidos al perder clientes y no cerrar ventas, al ver reducidos bonos de productividad por no alcanzar tus objetivos, así como por efecto de sanciones administrativas producto de retardos, faltas y presentar una mala actitud a compañeros y superiores. En casos extremos puedes llegar a perder el trabajo.

Suicidio financiero: Puedes llegar a renunciar o a cerrar tu negocio de forma abrupta, a abandonar tu empleo, o a quebrantar deliberadamente reglamentos e instrucciones directas para provocar que te despidan.

La habilidad de Planear

Cómo te afecta: Al encontrarte desanimado y tener una expectativa negativa del futuro dejas de planear, con lo cual dejas de llevar y respetar tu presupuesto así como de considerar las consecuencias de tus decisiones y actos.

Sus consecuencias: Empiezas a gastar desmesuradamente muchas veces ante el razonamiento de que te lo mereces. No nos confundamos, es totalmente válido y aconsejable premiarte y darte un gusto de vez en cuando, así como tener momentos de esparcimiento y diversión. El problema viene cuando esto lo haces fuera de tu presupuesto y con dinero que no tienes.

Suicidio financiero: Llega el momento en que dejas de cumplir con tus compromisos al no alcanzarte el dinero, como por ejemplo el caso de la persona que gasta en alcohol el dinero de la renta, de la letra del auto o de las colegiaturas de los niños. Ten en cuenta que esto no ocurre únicamente con alcohol, drogas y otros vicios… también puedes dejar de pagar tus compromisos por adquirir ropa o artículos electrónicos, por pagar comidas o espectáculos, por el juego y las apuestas.

La habilidad de Ahorrar

Cómo te afecta: Ante el desasosiego y la visión negativa de tu futuro dejas de ahorrar, llegando a ser aún más frustrante cuando cualquier intento de ahorro se ve coartado porque el dinero no te alcanza como consecuencia de la depresión en las dos habilidades anteriores.

Sus consecuencias: Dejas de estar preparado para eventos futuros, tanto planeados como no contemplados, con lo cual inexorablemente llegará el momento en que no tengas para pagar alguno de esos eventos, incrementando con ello tu estrés y por ende tu depresión.

Suicidio financiero: Todos hemos escuchado de personas que derrochan sus ahorros buscando sentirse menos solos o menos tristes… El problema es que el gasto jamás conducirá a la felicidad, y como ya vimos, quedarte sin ahorros te deja desprotegido para el futuro.

La habilidad de Invertir

Cómo te afecta: La persona deprimida tiende a dejar de dar seguimiento a sus inversiones, con lo cual se incrementa en gran medida el riesgo de perder el dinero invertido. Como dice el dicho: al ojo del amo engorda el caballo, por lo que si por la desidia provocada por la depresión el amo deja de cuidar al caballo, este seguramente morirá de hambre.

Sus consecuencias: En general son dos, la pérdida del valor de los activos donde inviertes (deterioro de bienes inmuebles, falta de mantenimiento a equipo y maquinaria, caída del valor del negocio), o la venta precipitada de los mismos, con lo cual suelen venderse a precios bajos.

Suicidio financiero: Pareciera extraño, pero muchas veces la depresión lleva a las personas a invertir de forma indiscriminada, adquiriendo riesgos absurdos ante especulaciones propias de los juegos de azar, con lo cual prácticamente garantiza la pérdida de su dinero.

La habilidad de Gestionar el Financiamiento

Cómo te afecta: En lugar de llevar un plan de financiamiento que te permita adquirir bienes y servicios a través de un crédito responsable, te endeudas, muchas veces como consecuencia del deterioro de tu habilidad para generar ingresos, para planear y para ahorrar.

Sus consecuencias: El saldo de tus tarjetas de crédito empieza a crecer hasta el punto que prácticamente trabajas para poder cubrir con esfuerzo el mínimo a pagar. Llegas a empeñar tus bienes, a acudir a prestamistas y agiotistas, aceptando tasas de interés exorbitantes.

Suicidio financiero: Tu necesidad de dinero te empuja a tomar préstamos y créditos aún a sabiendas que no podrás pagarlos, incluso abusando de amigos y familiares, llegando al extremo de recurrir a delincuentes donde no sólo pones en riesgo tus finanzas, sino tu integridad física así como la de tu familia.

La habilidad de Proteger tu Dinero

Cómo te afecta: La desidia y desesperanza que lleva la depresión te hacen perder sensibilidad del valor del dinero, y al igual que en los casos del ahorro y la planeación, al deprimirte dejas de prever, con lo que desestimas la necesidad de los seguros.

Sus consecuencias: Al perder sensibilidad del valor del dinero es frecuente que pagues aún sabiendo que te están cobrando de más o que te están cargando productos que no compraste, sin importarte la calidad del servicio prestado o si el producto está por encima de su valor en tiendas cercanas. Todo esto provoca que el dinero deje de rendirte.

Suicidio financiero: Al perder tus seguros quedas desprotegido ante cualquier incidente con tu auto, tu casa, tu salud, poniendo en riesgo no solo las finanzas familiares, sino la salud y hasta la vida de aquellos a quienes amas.

Saliendo adelante

Lo aquí visto es el efecto de la depresión en tus finanzas, siendo irresponsable de mi parte pretender dar algún consejo para salir del bache financiero cuando lo realmente grave es la situación anímica que afecta muchos otros aspectos importantes de la vida de la persona. Si ésta logra dejar atrás la depresión mejorando su actitud hacia la vida y su compromiso para sí y sus seres queridos, lo más seguro es que sus finanzas también mejorarán.

La depresión es un tema muy complejo en el que en muchos casos se requiere ayuda profesional para poder seguir adelante, siendo el apoyo de la familia y amigos muy importante. Si estás deprimido no lo dudes: busca ayuda. Hoy día existen diferentes programas de apoyo a personas deprimidas auspiciados por el sector salud así como por diferentes organismos altruistas, además de contarse con orientación a través del departamento de recursos humanos en muchos centros laborales, así como en escuelas y universidades a través del departamento de psicopedagogía. (Al final del blog, en la sección “Centros de Apoyo Telefónico”, listo algunos institutos que dan apoyo psicológico gratuito y anónimo)

Lo que sí puedo afirmar es que al deprimirte caes en un círculo vicioso en el que mientras más te deprimes, más consecuencias negativas de tu actitud se reflejan en tu vida, con lo que te deprimes aún más. Por tanto, mi recomendación se resume a estar al tanto de tu desempeño en las diferentes habilidades financieras. La depresión es como una enredadera que va creciendo poco a poco hasta que te atrapa y asfixia. Por tanto, si logras detectarla cuando apenas están empezando a manifestarse sus consecuencias, te será más fácil vencerla y salir adelante.

¡Ánimo!

Ligas de interés

Centros telefónicos de apoyo

 ¿En alguna ocasión has visto a la depresión afectar tus finanzas personales? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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