¿Dónde aprendemos el manejo de nuestras finanzas personales? No forma parte de los planes de estudio de la educación básica y no son generalmente consideradas como parte de nuestra formación en el hogar como es el caso de los valores morales. Entonces, ¿cómo enseñar finanzas personales a nuestros hijos?
Es común la expresión «los niños son como una esponja» debido a su gran capacidad para literalmente absorber nuevos conocimientos: Observan todo, imitan a quienes les rodean, tienen una gran capacidad e imaginación para sacar conclusiones, no tienen miedo a experimentar y nadie nace con miedo al fracaso.
Debido a lo anterior, los dos principales caminos que tenemos los padres a la hora de educar a nuestros hijos son el ejemplo y el fomento. Son los caminos más poderosos… y también los más peligrosos, ya que es mucho lo que enseñamos por éstos medios incluso sin darnos cuenta.
¿Cómo aprovecharlo para enseñar Finanzas Personales a nuestros hijos?
Inculcando la planeación financiera
Permite que tus hijos te vean realizando tu presupuesto y aclárales con paciencia y lenguaje sencillo sus inquietudes. Deja que sea su propia curiosidad la que lleve la pauta. Invítalos a participar en la planeación de vacaciones familiares, la organización de fiestas de cumpleaños, y si les das domingo o gastada (dinero para sus gastos personales), pídeles te digan en qué van a utilizar ese dinero.
Inculcando el ahorro
Que cada miembro de la familia tenga su propia alcancía sin importar si tienes otras formas de ahorro, y a la hora de alimentar al cochinito, ¡que todos participen! Que vean a sus papás ahorrando dinero al tiempo que ellos meten sus propias monedas ¡Con imaginación el ahorro puede llegar a ser muy divertido!
Conforme tus hijos vayan creciendo en edad, introdúcelos en otros instrumentos de ahorro como cuentas de ahorro, pagarés a plazo fijo o cuentas de débito pero siempre de manera práctica y enseñando con el ejemplo.
Definiendo objetivos financieros
No cometas el error de darles todo lo que quieren. Bríndales la oportunidad de tener que definirlo: qué quieren, cuándo lo quieren y cuánto cuesta. En un principio, cuando su capacidad de ahorro no es mucha, es totalmente válido que por cada peso que él o ella ahorre, tú des otro ¡Celebrando juntos cuando logren sus objetivos!
Desarrollando su creatividad para generar ingresos
Uno de los principales dilemas que todos enfrentamos es que en general el dinero no alcanza. ¿Qué preferirías que hagan ante esto tus hijos? ¿Quejarse y apretarse el cinturón o buscar maneras ingeniosas – y lícitas – de conseguir el dinero que hace falta?
Vender limonada en el parque, galletas entre los vecinos, sacar a pasear a los perros, lavar los autos… Los niños no tienen miedo de experimentar y carecen de los prejuicios que tenemos los adultos. Aliéntalos en sus iniciativas manteniéndote cerca ya que también son ingenuos, no miden riesgos y como en todo, puede ser que su negocio no resulte lo que esperaban. ¡Aliéntalos y ayudándolos a levantarse!
Alejándolos de las deudas
Aquí lo más importante es que tus hijos no te vean pagando todo con la tarjeta cual si fuera tuyo todo ese dinero, y que después les ocultes lo que sufres para pagar en ocasiones incluso sacando de una tarjeta para pagar otra. Se podrían quedar con la apreciación errónea de que la tarjeta es una fuente inagotable de liquidez, con lo cual el camino a que también ellos tengan problemas con las deudas estará servido.
Sé prudente en el uso de la tarjeta, permite que tus hijos te vean revisando tu estado de cuenta y también que te vean pagarla. Según su curiosidad y de las ocasiones que se presenten, háblales de meses sin intereses, del crédito automotriz, hipotecario, pero siempre señalándoles que es dinero que se están comprometiendo a pagar. Y por cierto, muéstrales también cómo incluyes esos nuevos compromisos en tu presupuesto.
Siempre tenlo presente: Tus hijos te están observando
¡Éxito!