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Seis consejos para sacar el mayor provecho de tu Aguinaldo

Dentro de las prestaciones básicas a las que tiene derecho un trabajador en la mayoría de los países se encuentra el aguinaldo, el cual nació para que los empleados tuvieran liquidez para celebrar con sus familias las fiestas decembrinas. Y si bien en esencia el aguinaldo mantiene su mismo objetivo, representa también una excelente oportunidad para incrementar el ahorro familiar. Como quien dice, hay que aprovechar la época de vacas gordas que representa el aguinaldo y ahorrar para cuando lleguen los días de las vacas flacas.

¿Y cuánto ahorrar? Una buena opción es que tomes cuando menos $10 por cada $100 que te den y los deposites en una cuenta de ahorros diferente a la cuenta donde recibes el pago de tu nómina. ¿Y para qué podría servirte?

1) Si no cuentas con un fondo de emergencias es una buena oportunidad para crearlo, resguardando tu dinero en una cuenta de ahorro a la vista para poder disponer de él cuando lo necesites (en este caso se da prioridad a la liquidez sobre el rendimiento – intereses – que te da la cuenta);

2) Otra opción es reservarlo como una provisión para gastos importantes que tengas durante el próximo año, como podrían ser las inscripciones o los útiles escolares de tus hijos, o alguna salida que planeen hacer durante las vacaciones. En este caso deposita el dinero en una cuenta a plazo fijo (uno o tres meses, dependiendo las opciones de que dispongas) lo cual te permitirá obtener un mayor rendimiento por tu dinero;

3) Si tienes algún objetivo de largo plazo (tu casa, comprar un auto, darle a tu familia unas vacaciones de ensueño), sería bueno hacer el esfuerzo para tomar otros $10 por cada $100 y depositarlos también en una cuenta de plazo fijo, incluso alguna de muy largo plazo (existen de 360 días) siempre que el rendimiento sea muy superior a la inflación (existen cuentas de este tipo que dan cerca del 6% anual);

4) Adicionalmente tenemos el caso del retiro. La regla de oro es que mientras más ahorres durante tu juventud mayor será la pensión que recibas al jubilarte, por lo que destinar otro porcentaje de tu aguinaldo a realizar alguna aportación voluntaria a tu Afore, siempre será una buena idea… Además de tener la posibilidad, dependiendo de tus ingresos, de recuperar impuestos durante tu declaración anual ya que las aportaciones voluntarias para el retiro son por ley deducibles de impuestos;

5) Finalmente tenemos una forma distinta de ahorro: Si utilizas una parte de tu aguinaldo para pagar préstamos o tarjetas de crédito, te ahorrarás intereses futuros además de incrementar tu flujo de efectivo al reducir el monto a pagar mes con mes.

Si la empresa donde laboras cuenta con el beneficio de una Caja de Ahorro para Trabajadores, ésta sería una buena opción para depositar en ella los fondos y provisiones ya mencionados, ya que usualmente ofrecen rendimientos superiores a los bancarios además de contar con diferentes beneficios fiscales, como el que no se te retienen impuestos por los intereses generados por tu ahorro.

¿Y qué hacer con el resto del aguinaldo? Utilízalo para disfrutar con tu familia durante estas fiestas, para dar mantenimiento a tu casa, para adquirir algún artículo que les ayude a tener una mejor convivencia familiar, o por qué no, para realizar juntos alguna obra de caridad. No hay dinero mejor invertido que aquel cuyo fin fue la felicidad y bienestar de tus seres queridos.

¡Éxito!

Presupuesto flexible

¿Cómo dar flexibilidad a mi presupuesto para que pueda absorber imprevistos?

«¿Hacer un presupuesto? ¿Para qué? Siempre aparecen gastos que no tenía contemplados, así que no tiene caso» El anterior es uno de los principales motivos de porqué muchas personas no llevan un presupuesto a pesar de reconocer su importancia para mantener sus finanzas sanas. Y en principio tienen razón: Ninguno tenemos una bola de cristal y por tanto es frecuente que tengamos que enfrentar gastos que no teníamos considerados. ¿Cómo resolver este problema entonces? Una buena opción es brindando flexibilidad a tu presupuesto definiendo tu Zona de Amortiguamiento. Leer más

Sobreviviendo fiestas decembrinas

¿Cómo sobrevivir financieramente a las fiestas decembrinas?

Estamos a poco menos de siete semanas de Navidad, pero seguramente desde hace un par de meses has podido observar como en tiendas y comercios los productos propios de la época van ocupando más y más espacio. Y es que más allá de la Fe que cada quien profese, diciembre es la época donde se registran las mayores ventas, como si por alguna razón nos viésemos obligados a comprar, a «pasar la tarjeta», y prueba de ello es la tristemente célebre Cuesta de Enero. ¿Qué hacer entonces para sobrevivir financieramente a las fiestas decembrinas? Leer más

La trampa de los meses sin intereses

La trampa de los Meses sin Intereses

¿A cuántas personas conoces que puedan comprar una cama, sala, televisión o lavadora en un solo pago? Seguramente a muy pocas, ¿cierto? Si no fuera por el crédito, muchos serían los productos – y servicios – que quedarían fuera de nuestro alcance, siendo los meses sin intereses la opción de financiamiento más solicitada. Sin c0sto adicional, mensualidades que sí se pueden pagar… verdaderas sirenas que siguen atrayéndonos con sus cantos y bondades al arrecife de las deudas, en donde más de uno se estrella y hunde sus finanzas personales. Leer más

Crea tu Fondo de Emergencias

El Fondo de Emergencias, importancia y trucos para crearlo

Uno de los lemas favoritos de los bancos para colocar sus tarjetas de crédito y préstamos personales es «pueden servirte para una emergencia». Y es curioso, porque la realidad es que con ellos sólo logras ganar algo de tiempo ya que finalmente tendrás que pagar esa deuda… junto con los intereses generados (los bancos no son precisamente damas de la caridad). Una solución real es que al momento de la emergencia tengas dinero a tu disposición para enfrentarla, pero ¿es esto posible cuando la mayoría de nosotros vivimos al día?  Leer más

Usa tu Tarjeta de Crédito ¡Sin endeudarte!

¿Qué opinas de las tarjetas de crédito? Lo común es que la opinión se divida en dos bandos: quienes las consideran una trampa de los bancos y quienes ven en ellas una herramienta para comprar productos o contratar servicios que de otro modo no podrían adquirir. Lo genial es que ambos bandos tienen la razón: son una excelente herramienta de financiamiento pero que esconde en su manejo algunos trucos, que si no los conoces, corres el severo peligro de acabar endeudándote.

Pero primero conozcamos al enemigo: Las tarjetas de crédito no son más que una tarjeta que identifica a un cliente de un banco o comercio al cual le ha sido asignada una línea de crédito revolvente, es decir, que mientras tenga saldo disponible y realice sus pagos, puede seguir usando su crédito. Y es ahí donde está la trampa: Como el banco acepta el pago de cantidades reducidas – así es, el famoso mínimo a pagar – el cliente sigue compre y compre con la ilusión de que, mientras pueda pagar el mínimo, tiene el crédito bajo control. ¡Nada más falso!

El crédito se sale de control desde el momento en que no puedes pagar el total de tu deuda al momento del corte, por más que tengas dinero disponible para cubrir el mínimo.

Seguramente alguien se preguntará en estos momentos «¿Y las compras a plazos? El que compre un producto a pagos no significa que haya perdido el control… » Y tienes razón. Sólo un detalle: al comprar a pagos te comprometes a pagar cierta cantidad mensual, por lo que sólo podríamos afirmar que se tiene el crédito bajo control si puedes cubrir esos pagos junto con el monto de las demás compras que hayas realizado durante el período.

Por tanto, para poder explotar los beneficios de la tarjeta de crédito sin endeudarte, es necesario que no compres más allá de tu capacidad de pago. Para ello:

  • En cuanto realices una compra separa el dinero para cubrir ese pago, ya sea depositándolo en una cuenta de ahorro distinta a tu cuenta de nómina (si lo tienes), o separándolo de una vez en tu presupuesto si vas a tomar ése monto de tu siguiente cobro de nómina;
  • Antes de comprar algo con tu tarjeta verifica tu presupuesto y confirma que en realidad tienes el dinero para cubrir ese cargo;
  • Cada mes revisa tu estado de cuenta, es una realidad que ninguno estamos exentos de tener cargos que no reconocemos o que se carguen comisiones que no corresponden;
  • Siempre realiza tus pagos de forma oportuna antes de la fecha límite indicada en el estado de cuenta, procurando cubrir el monto para no pagar intereses (no se trata de regalarle el poco dinero que tenemos al banco);
  • De no poder pagar el total, procura pagar la cantidad más alta posible y siempre mayor de lo que se indique como mínimo a pagar;
  • Ten el menor número de tarjetas posible, en realidad no se requieren más que una bancaria y a lo sumo un par de comerciales… Una cantidad mayor incrementa el riesgo de perder el control del crédito;
  • Al seleccionar una tarjeta fíjate que tenga el CAT (Costo Anual Total) y las comisiones más bajos posibles, y claro está, no olvides de considerar los intereses, comisiones e IVA en tu presupuesto;
  • Evita utilizar las tarjetas «para emergencias» dejándolas siempre como última opción. Dependiendo del problema, es preferible buscar otros métodos de financiamiento más económicos o autofinanciarte a través de tus ahorros (es buena idea tener un fondo de reserva para emergencias).

¿Y qué hacer si identificas que ya perdiste el control? Lo recomendable es

  • Limita o suspende el uso de tu(s) tarjeta(s) de crédito;
  • Determina el número de pagos que requieres para cubrir el saldo (considerando intereses) y actualiza con ellos tu presupuesto de gastos;
  • Da prioridad en tu presupuesto a saldar tu tarjeta sobre otros gastos.

Me despido compartiéndote la regla de oro en el uso de las tarjetas de crédito:

La Tarjeta de Crédito no es una extensión de tus ingresos, por lo que sólo debes utilizarla cuando tienes el dinero para pagarla.

¡Éxito!

Siete consejos para ahorrar gasolina y obtener un mayor rendimiento de tu auto

Hace poco veía un programa en la televisión donde concursantes tenían que adivinar qué habían contestado 100 personas a la pregunta «¿Cuál es el principal gasto en el hogar?«, siendo la segunda respuesta más común «En Gasolina«. Y no es para sorprenderse: Distancias cada vez mayores, tránsito cada día más pesado por un parque vehicular en crecimiento, ritmo de vida vertiginoso, los combustibles en continuo aumento… Sin importar la ciudad en que uno viva, los puntos anteriores son ya una constante a lo largo y ancho del país.

Sin embargo estos factores no tienen por qué ser el pretexto para gastar tanto en gasolina, siendo incluso posible reducir su consumo siguiendo algunas buenas prácticas.

1) Conoce a tu auto

Si quieres reducir tu gasto en gasolina, es necesario que conozcas a tu automóvil. ¿Sabes cuál es la capacidad del tanque de gasolina? ¿Cuál es su consumo en ciudad y en carretera? ¿Cuál debe ser la presión de las llantas? ¿Cada cuánto se recomienda meterlo a servicio? Si desconoces las respuestas puedes encontrarlas en el manual del propietario, en la agencia, con tu mecánico de confianza o en Internet (preferentemente en la página web del fabricante)

2) Al cargar gasolina, llena el tanque

Aunque más de uno piense que con su salario llenar el tanque es imposible, los diversos beneficios que puedes llegar a obtener justifican con creces el esfuerzo para lograrlo:

  • Evitas la pérdida de gasolina por evaporación. Como los autos sólo pueden aprovechar la gasolina del tanque en estado líquido, el que ésta se evapore conlleva una disminución en su rendimiento. Y mientras mayor sea el espacio libre en el tanque de gasolina, más gasolina se evaporará.
  • Evitas que te roben gasolina, ya que conociendo la capacidad total de tu tanque, puedes estimar cuántos litros faltan para llenarlo, con lo cual podrías exigir los «litros completos» si fuera necesario.
  • Es más sencillo dar seguimiento al consumo de gasolina de tu auto, ya que entre carga y carga puedes saber de forma muy precisa cuántos litros consumiste, y con ayuda del odómetro, cuántos kilómetros recorriste. (Nota: este dato será más preciso si pides te surtan el combustible con la velocidad más baja del dispensador).

La PROFECO pone a tu disposición una herramienta gratuita para calcular cuánto cuesta llenar el tanque de gasolina de tu automóvil, lo cual te ayuda tanto a la elaboración de tu presupuesto, como para evaluar los diferentes modelos que estés comparando al pretender comprar o cambiar de auto.

3) Cargar solicitando la cantidad en litros que requieres

Más allá de si son ciertas o no las cadenas que circulan por correo y en redes sociales respecto a que la carga en litros siempre es correcta porque es lo que mide la PROFECO, lo cierto es que, como veíamos anteriormente, al cargar en base a litros puedes evaluar que te hayan surtido correctamente.  Por tanto, si tu tanque es de 50 litros y se encontrara a la mitad, no pidas tanque lleno o el equivalente en pesos, sino que te surtan 25 litros.

 4) Carga antes de llegar a la reserva

Esto evitará que las impurezas existentes en la gasolina y que se van depositando en el fondo del depósito sean absorbidas por la bomba, tapando ductos o a la bomba de gasolina en sí con la consiguiente pérdida de potencia y rendimiento.

5) Mantén los servicios de mantenimiento de tu auto al día

Aunque tu percepción sea que tu automóvil está funcionando correctamente (arranca a la primera, acelera bien, no hay jaloneos), si el aceite ha perdido viscosidad, o si tiene una ligera variación en sus tiempos, o incluso si sus llantas están más bajas de lo debido, tu vehículo consume más gasolina. Procura llevar a cabo los mantenimientos únicamente en talleres de confianza.

6) Has tuyos los hábitos del buen conductor

  • Evita los arrancones y acelerones, pero también el conducir a una velocidad excesivamente baja;
  • Si estás por subir una pendiente, procura acelerar antes de tomar la subida y no mientras estás subiendo;
  • Camina cuando requieras ir a distancias cortas;
  • En lo posible utiliza las rondas (compartir el auto con otros compañeros de trabajo o coordinarte con otras mamás y papás en las actividades de los niños para que de forma alternada lleven a todos los niños en un solo auto);
  • Usa el transporte público si vas a algún lugar donde sabes que tendrás problemas de estacionamiento (el centro de la ciudad, por ejemplo).

7) Consulta periódicamente el Programa de Verificación de Gasolineras de la PROFECO

En el portal del programa (puedes accederlo a través de esta liga), dentro de la opción Quién es quién en los combustibles, se tiene el acceso gratuito al Reporte semanal de verificación a gasolineras de toda la República Mexicana, donde puedes consultar el estatus de cualquier gasolinera donde pienses cargar combustible.

¡Éxito!

El ABC en la elaboración de tu presupuesto

Si te dijera que existe una fórmula mágica para que el dinero te rinda más, ¿te gustaría escucharla? ¿Y qué tal si además te permitiera hacer realidad esos sueños que muchas veces posponemos como cambiar de auto, comprar tu casa o viajar en tus próximas vacaciones? Bueno, pues la buena noticia es que la fórmula ¡sí existe! Y lo mejor es que el mago eres tú mismo requiriendo tan solo desarrollar la habilidad de planear el destino de tus ingresos, para lo cual es muy útil la elaboración de un presupuesto.

El presupuesto está dividido en dos partes: los ingresos representados por el dinero que recibes fruto de tu trabajo, y los egresos que integran los conceptos en los que vas a invertir o gastar tu dinero.

A) Define la periodicidad y monto de tus ingresos

  • Si en tu trabajo te pagan de forma regular como por ejemplo cada quincena o cada semana, determina tu presupuesto en base al periodo y monto con que te paga tu patrón.
  • Si tienes diferentes fuentes de ingreso o te pagan en plazos distintos, define el período que consideres conveniente y funcione para ti. Los pagos que recibas dentro de ése período guárdalos en alguna cuenta de ahorro hasta llegar al final del mismo, de forma que tengas para distribuir todo el dinero junto evitando caer en la tentación de utilizarlo antes.
  • Si tu ingreso es variable debido a que está definido por bonos, comisiones  u otros incentivos, entonces lo recomendable es que determines tu ingreso promedio en base al periodo que decidiste utilizar para tu presupuesto (ejemplo, si decidiste hacerlo en base quincenal, entonces agrupa tus ingresos de cada quincena del último año, sumas esos montos quincenales y lo divides entre las quincenas que tiene el año – 24).

Más allá de si tu ingreso es fijo o variable, lo normal es que en algunas ocasiones percibas un poco más y en otras un poco menos. En estos casos lo ideal sería que cuando ganes más ahorres la diferencia de manera que tengas cómo completar cuando ganes menos.

B) Define tus egresos de acuerdo a su prioridad

  • El Ahorro es fundamental para tener finanzas sanas, así que empieza por pagarte a ti mismo. ¿Con cuánto empezar? ¡Con lo que puedas! Así sean $50 en cada periodo de pago. De tener tu empresa una caja de ahorro, es de mucha utilidad que te descuenten tu aportación al momento de pagarte tu sueldo, depositándolo en tu cuenta de ahorro.
  • Sigue el turno a tus Gastos Fijos, es decir, aquellos gastos básicos del hogar como son el pago de la renta de tu casa, la compra de la despensa o el agua y la luz. De igual forma considera como gastos fijos aquellos que consideres críticos y que por tanto deben respetarse, como son la colegiatura de tus hijos o el seguro de la casa o del auto.
  • En tercer turno están tus Compromisos Financieros, representados por tus deudas en general: Tarjetas de crédito, las mensualidades del auto, préstamos personales…. En lo personal sugiero que la hipoteca de tu casa la consideres un Gasto Fijo y no como parte de tus compromisos financieros.
  • Finalmente llega el turno a tus Gastos Generales los cuales son integrados por aquellos que puedes suprimir en un momento dado, como por ejemplo la televisión de paga, salidas con los amigos y la familia, servicios domésticos (jardinería, limpieza del hogar) y personales (peluquería), así como los gastos hormiga (el periódico, el cafecito o el refresco diario).

Conforme vas definiendo tus egresos, debes ir comparando el monto total de tus gastos contra el total de tus ingresos, siendo la regla de oro que tus egresos no deben superar en ningún momento a tus ingresos. Sé que muchos me dirán «Mauricio, lo que sugieres es imposible. El dinero simplemente no me alcanza…» Posiblemente te sonará duro, pero es aquí donde se genera la magia:

Si el dinero no te alcanza, sólo tienes dos caminos: o reduces tus gastos o utilizas tu necesidad como aliciente para generar ingresos adicionales.

Si lo analizas, grandes cosas han salido del tiempo libre dedicado a la generación de un nuevo ingreso: desde la famosa muñeca Barbie que fue creada en la cochera de la casa de Ruth y Elliot Handler, hasta la saga de Harry Potter de J. K. Rowling, a quien le llevó cinco años concluir su primer libro mientras trabajaba formalmente como secretaria bilingüe, posteriormente como maestra de inglés y finalmente, habiéndose quedado sin empleo y sufrido un divorcio, viviendo del apoyo que le daba el Estado por su condición.

c) Sigue tu presupuesto

Para esto requieres ser disciplinado. Abundarán tentaciones para comprar productos que no presupuestaste, realizar actividades que requieren dinero para llevarse a cabo, y seguramente esa vocecita de «Te esfuerzas mucho, te lo mereces…» más de una vez revoloteará en tu cabeza, si no es que te lo dicen directamente personas cercanas. Pero gastar más allá de tu capacidad de pago sólo lleva a un destino: endeudarte.

  • Es una realidad que existen gastos emergentes no contemplados, por lo que lo ideal es que en tu presupuesto contemples de un 3% a un 5% para formar un Fondo de Emergencias, el cual debieras depositar en una cuenta de ahorro donde, si bien tengas acceso a tus recursos, no lo tengas a la mano para evitar gastarlo.
  • El fondo de emergencias puede verse complementado con una Provisión para Gastos no Contemplados a la que sería recomendable destinarle también de un 3% a un 5% de tu ingreso. Esta provisión sería para aquellos gastos, que si bien no son una emergencia, son algo que no tenías previsto gastar y por tanto te sacan de tu presupuesto.
  • Antes de firmar una nueva deuda, verifica en tu presupuesto si tienes cómo cubrir ese nuevo egreso. De no tenerlo, por ti y tu familia, no adquieras el nuevo compromiso hasta terminar de pagar deudas anteriores o consigas incrementar tus ingresos. Es cierto que podrá haber situaciones realmente críticas que exijan el tomar un préstamo o adquirir una deuda, siendo tú la única persona que puede determinar la criticidad de la situación… pero los estudios de bancos, gobierno y diferentes instituciones señalan que normalmente rebasamos nuestra capacidad de pago por adquirir productos o servicios que no son básicos (cambiar de auto o de celular, vacaciones, estrenar ropa, un cumpleaños, etc.)
  • Al adquirir una nueva deuda actualiza tu presupuesto incrementando tus compromisos financieros. No tener al día tu presupuesto es otro camino al lado oscuro de las finanzas: vivir endeudado y sin saber a dónde se te va el dinero.
  • Otra buena opción es definir tu Zona de Amortiguamiento, los cuales son aquellos gastos que puedes reducir en caso de necesidad: el consumo eléctrico del hogar, el consumo de gasolina, tus gastos generales… La idea es que llegado el momento en que tengas que abrocharte el cinturón, tu mismo presupuesto te señale aquellas acciones que puedes llevar a cabo para mantener tu liquidez.
  • Muy importante: Si observas he hablado de reducir gastos, en ningún momento de reducir el ahorro. Como dije al principio, el ahorro, incluyendo tu fondo de emergencias y tu provisión de gastos no contemplados, son la verdadera llave para mejorar tus finanzas. Por tanto, si bien es claro que puedes reducirlo en un caso de extrema necesidad, procura que éste movimiento siempre sea la última línea de defensa de tu economía personal y familiar

Una consideración final:

Siempre ten presente que lo mejor de la vida no tiene precio.

El esparcimiento y diversión son importantes desde que son oportunidad de descanso, fuente de integración y oportunidad para re-enfocar nuestro esfuerzo. Sin embargo, tendemos a dejar a un lado el ir al parque, los juegos de mesa en casa y considerar actividades comunes con familia y amigos como hacer deporte o participar en alguna causa de apoyo a la comunidad. Lo importante es la convivencia y el tiempo de calidad que compartes con quienes te rodean, y no cuánto gastaste durante ése tiempo 😉

¡Éxito!

Tips para identificar y evitar las compras por impulso

En un artículo anterior conversábamos acerca de los gastos hormiga y sobre cómo el detectarlos – y evitarlos – te brinda la oportunidad de ahorrar. Sin embargo, existen personas enfocadas en impedírtelo (y no lo digo en sentido figurado): Me refiero a los mercadólogos, los cuales estudian la sicología del consumidor para que sea su subconsciente el que lo impulse a comprar algo que no tenía inicialmente la intención de comprar. Hoy te platicaremos algunos de los trucos que utilizan para lograrlo los supermercados – y los comercios en general – así como algunos consejos para evitar las compras por impulso. Leer más