Aprovechando que estamos empezando el segundo mes del año, ¿Cómo te fue en la Cuesta de Enero? Con posadas, cenas, intercambio de regalos y festivales, el gasto mensual se sale de control y las tarjetas de crédito engordan felices. ¡Y en febrero son las inscripciones! ¿Cómo evitarla?
No se trata de no disfrutar las fiestas decembrinas
Es sencillo decir «Si no quieres sufrir la cuesta de enero, no gastes innecesariamente en diciembre». Y si bien en principio es cierto, la realidad es que tanto en la familia, como en el trabajo y en la escuela de nuestros hijos, hay festejos y actividades durante todo el maratón Guadalupe – Reyes. Y eso sin contar los que la siguen hasta los tamales de La Candelaria.
Por otro lado, normalmente en diciembre se encuentran muy buenas promociones. Nuestras tradiciones nos invitan a intercambiar regalos. A cenar en familia en navidad y festejar con cenas año nuevo. Con lo que además hay traslados, incluso viajando cuando la familia se ha disgregado.
¡Nuestras bellas tradiciones no debemos perderlas! Aunque claro, para disfrutarlas no es necesario derrochar el dinero que con tanto trabajo ganamos.
Las malas costumbres que nos conducen a la Cuesta de Enero
Ya estando de acuerdo que no se trata de perder nuestras tradiciones, ¿qué es lo que nos conduce a la cuesta de enero?
- No estar preparados para los gastos decembrinos. Seamos honestos, ¿quién desde el primero de diciembre, sabe cuánto va a gastar durante las fiestas navideñas y de año nuevo?
- Suplir la falta de dinero con la tarjeta de crédito, la cual muchas veces aún carga con los meses sin intereses del Buen Fin, de los útiles y uniformes escolares, del día del padre, de la madre, ¡e incluso de la navidad de uno o dos años atrás!
- Gastarse el aguinaldo – los que lo reciben – en regalos, cenas y fiestas, en lugar de utilizarlo para invertirlo en el hogar, en la educación de los hijos o en algún otro proyecto familiar o de vida.
Entonces, ¿Cómo evitamos caernos en La Cuesta?
Como decía en un principio, aprovechamos que aún estamos empezando el segundo mes del año…
- Revisa tus notas de compra, los movimientos de tus tarjetas y determina cuánto gastaste en lo relativo a las fiestas decembrinas.
- Si llevas un presupuesto mensual, sabes en qué y cuánto gastas cada mes. Así que incluye en el monto anterior los gastos extraordinarios que hayas tenido durante diciembre.
- «Quien no aprende de su pasado, está condenado a repetirlo«. Esta frase aplica a la perfección en nuestro tema. Revisa con honestidad tus gastos de diciembre e identifica tus excesos. Lo importante es que ya no vuelvas a repetirlos.
- Eliminados los excesos, cuantifica a cuánto ascienden tus gastos decembrinos y divide el monto entre once (Estamos en febrero, por eso es entre 11. Para próximos años, como ya conoces la estrategia, haz el cálculo en enero y lo divides entre 12).
- En tu presupuesto mensual crea una provisión para diciembre, ahorrando el monto que determinaste en el punto anterior.
- Si tienes la oportunidad de tener en tu trabajo Caja de Ahorro para Trabajadores, deposita la provisión para diciembre a plazo fijo para que te de los mayores intereses posibles ¡los cuales, además, se encuentran exentos de impuestos! Incluso, algunas cajas cuentan con un programa de ahorro a diciembre para maximizar los rendimientos.
- Si manejas tarjetas de crédito y comerciales con programas de lealtad, también es buena idea acumular los puntos durante todo el año para utilizarlos en diciembre. Así puedes tener un extra sin tener que tomarlo de tu bolsillo 😉
¡Éxito!