Éste es un dilema muy común en nuestro tiempo cuando nos cae un dinerito extra. Si pagamos lo que debemos, tenemos la tranquilidad de no tener pendientes y dejamos de pagar intereses (pagos que una vez liquidada la deuda pudiéramos aprovechar para ahorrar); más por el otro lado, si ahorramos, tenemos la tranquilidad de tener un colchón que nos permitiría enfrentar situaciones no contempladas recibiendo además intereses por nuestro dinero (colchón, que por cierto, nos evitaría endeudarnos más al tener que usar la tarjeta de crédito o pedir préstamos para enfrentar esos imponderables).
