No hace mucho tiempo una persona me mostraba molesta su recibo de nómina. Después de una quincena de duro trabajo, ¡sólo había recibido poco más de 200 pesos! – «¡¿No es esto una injusticia?!» – me decía, pero tomando su recibo le señalé por qué no solo no era «injusto», sino que en realidad era algo que ella misma se había buscado. Leer más
