El ABC en la elaboración de tu presupuesto

Si te dijera que existe una fórmula mágica para que el dinero te rinda más, ¿te gustaría escucharla? ¿Y qué tal si además te permitiera hacer realidad esos sueños que muchas veces posponemos como cambiar de auto, comprar tu casa o viajar en tus próximas vacaciones? Bueno, pues la buena noticia es que la fórmula ¡sí existe! Y lo mejor es que el mago eres tú mismo requiriendo tan solo desarrollar la habilidad de planear el destino de tus ingresos, para lo cual es muy útil la elaboración de un presupuesto.

El presupuesto está dividido en dos partes: los ingresos representados por el dinero que recibes fruto de tu trabajo, y los egresos que integran los conceptos en los que vas a invertir o gastar tu dinero.

A) Define la periodicidad y monto de tus ingresos

  • Si en tu trabajo te pagan de forma regular como por ejemplo cada quincena o cada semana, determina tu presupuesto en base al periodo y monto con que te paga tu patrón.
  • Si tienes diferentes fuentes de ingreso o te pagan en plazos distintos, define el período que consideres conveniente y funcione para ti. Los pagos que recibas dentro de ése período guárdalos en alguna cuenta de ahorro hasta llegar al final del mismo, de forma que tengas para distribuir todo el dinero junto evitando caer en la tentación de utilizarlo antes.
  • Si tu ingreso es variable debido a que está definido por bonos, comisiones  u otros incentivos, entonces lo recomendable es que determines tu ingreso promedio en base al periodo que decidiste utilizar para tu presupuesto (ejemplo, si decidiste hacerlo en base quincenal, entonces agrupa tus ingresos de cada quincena del último año, sumas esos montos quincenales y lo divides entre las quincenas que tiene el año – 24).

Más allá de si tu ingreso es fijo o variable, lo normal es que en algunas ocasiones percibas un poco más y en otras un poco menos. En estos casos lo ideal sería que cuando ganes más ahorres la diferencia de manera que tengas cómo completar cuando ganes menos.

B) Define tus egresos de acuerdo a su prioridad

  • El Ahorro es fundamental para tener finanzas sanas, así que empieza por pagarte a ti mismo. ¿Con cuánto empezar? ¡Con lo que puedas! Así sean $50 en cada periodo de pago. De tener tu empresa una caja de ahorro, es de mucha utilidad que te descuenten tu aportación al momento de pagarte tu sueldo, depositándolo en tu cuenta de ahorro.
  • Sigue el turno a tus Gastos Fijos, es decir, aquellos gastos básicos del hogar como son el pago de la renta de tu casa, la compra de la despensa o el agua y la luz. De igual forma considera como gastos fijos aquellos que consideres críticos y que por tanto deben respetarse, como son la colegiatura de tus hijos o el seguro de la casa o del auto.
  • En tercer turno están tus Compromisos Financieros, representados por tus deudas en general: Tarjetas de crédito, las mensualidades del auto, préstamos personales…. En lo personal sugiero que la hipoteca de tu casa la consideres un Gasto Fijo y no como parte de tus compromisos financieros.
  • Finalmente llega el turno a tus Gastos Generales los cuales son integrados por aquellos que puedes suprimir en un momento dado, como por ejemplo la televisión de paga, salidas con los amigos y la familia, servicios domésticos (jardinería, limpieza del hogar) y personales (peluquería), así como los gastos hormiga (el periódico, el cafecito o el refresco diario).

Conforme vas definiendo tus egresos, debes ir comparando el monto total de tus gastos contra el total de tus ingresos, siendo la regla de oro que tus egresos no deben superar en ningún momento a tus ingresos. Sé que muchos me dirán «Mauricio, lo que sugieres es imposible. El dinero simplemente no me alcanza…» Posiblemente te sonará duro, pero es aquí donde se genera la magia:

Si el dinero no te alcanza, sólo tienes dos caminos: o reduces tus gastos o utilizas tu necesidad como aliciente para generar ingresos adicionales.

Si lo analizas, grandes cosas han salido del tiempo libre dedicado a la generación de un nuevo ingreso: desde la famosa muñeca Barbie que fue creada en la cochera de la casa de Ruth y Elliot Handler, hasta la saga de Harry Potter de J. K. Rowling, a quien le llevó cinco años concluir su primer libro mientras trabajaba formalmente como secretaria bilingüe, posteriormente como maestra de inglés y finalmente, habiéndose quedado sin empleo y sufrido un divorcio, viviendo del apoyo que le daba el Estado por su condición.

c) Sigue tu presupuesto

Para esto requieres ser disciplinado. Abundarán tentaciones para comprar productos que no presupuestaste, realizar actividades que requieren dinero para llevarse a cabo, y seguramente esa vocecita de «Te esfuerzas mucho, te lo mereces…» más de una vez revoloteará en tu cabeza, si no es que te lo dicen directamente personas cercanas. Pero gastar más allá de tu capacidad de pago sólo lleva a un destino: endeudarte.

  • Es una realidad que existen gastos emergentes no contemplados, por lo que lo ideal es que en tu presupuesto contemples de un 3% a un 5% para formar un Fondo de Emergencias, el cual debieras depositar en una cuenta de ahorro donde, si bien tengas acceso a tus recursos, no lo tengas a la mano para evitar gastarlo.
  • El fondo de emergencias puede verse complementado con una Provisión para Gastos no Contemplados a la que sería recomendable destinarle también de un 3% a un 5% de tu ingreso. Esta provisión sería para aquellos gastos, que si bien no son una emergencia, son algo que no tenías previsto gastar y por tanto te sacan de tu presupuesto.
  • Antes de firmar una nueva deuda, verifica en tu presupuesto si tienes cómo cubrir ese nuevo egreso. De no tenerlo, por ti y tu familia, no adquieras el nuevo compromiso hasta terminar de pagar deudas anteriores o consigas incrementar tus ingresos. Es cierto que podrá haber situaciones realmente críticas que exijan el tomar un préstamo o adquirir una deuda, siendo tú la única persona que puede determinar la criticidad de la situación… pero los estudios de bancos, gobierno y diferentes instituciones señalan que normalmente rebasamos nuestra capacidad de pago por adquirir productos o servicios que no son básicos (cambiar de auto o de celular, vacaciones, estrenar ropa, un cumpleaños, etc.)
  • Al adquirir una nueva deuda actualiza tu presupuesto incrementando tus compromisos financieros. No tener al día tu presupuesto es otro camino al lado oscuro de las finanzas: vivir endeudado y sin saber a dónde se te va el dinero.
  • Otra buena opción es definir tu Zona de Amortiguamiento, los cuales son aquellos gastos que puedes reducir en caso de necesidad: el consumo eléctrico del hogar, el consumo de gasolina, tus gastos generales… La idea es que llegado el momento en que tengas que abrocharte el cinturón, tu mismo presupuesto te señale aquellas acciones que puedes llevar a cabo para mantener tu liquidez.
  • Muy importante: Si observas he hablado de reducir gastos, en ningún momento de reducir el ahorro. Como dije al principio, el ahorro, incluyendo tu fondo de emergencias y tu provisión de gastos no contemplados, son la verdadera llave para mejorar tus finanzas. Por tanto, si bien es claro que puedes reducirlo en un caso de extrema necesidad, procura que éste movimiento siempre sea la última línea de defensa de tu economía personal y familiar

Una consideración final:

Siempre ten presente que lo mejor de la vida no tiene precio.

El esparcimiento y diversión son importantes desde que son oportunidad de descanso, fuente de integración y oportunidad para re-enfocar nuestro esfuerzo. Sin embargo, tendemos a dejar a un lado el ir al parque, los juegos de mesa en casa y considerar actividades comunes con familia y amigos como hacer deporte o participar en alguna causa de apoyo a la comunidad. Lo importante es la convivencia y el tiempo de calidad que compartes con quienes te rodean, y no cuánto gastaste durante ése tiempo 😉

¡Éxito!

Cómo aprovechar las ofertas del día del padre sacándole jugo a tu dinero

Se acerca el Día del Padre, y con él seguramente una andanada de ofertas y ventas nocturnas. Y mientras algunas serán verdaderas promociones que te significarán un ahorro o una oportunidad de financiamiento de bajo costo, otras serán un manejo descarado de los precios para disfrazar, bajo la supuesta oferta, un costo final elevado. ¿Es posible separar el trigo de la paja identificando así las buenas oportunidades?

Un error común al querer aprovechar una promoción es comparar precios y pedir información del producto precisamente el día de la promoción. De hecho,

Tus enemigos a vencer para que tu dinero te rinda al máximo al comprar son la urgencia, las compras impulsivas o espontáneas, y la falta de planeación.

¿Y cómo podemos evitar lo anterior?

  • Define con tiempo qué es lo que quieres comprar así como la cantidad que puedes destinar para la compra del regalo.
  • Procura que el producto a comprar sea algo que realmente necesite y desee la persona a la que lo vas a regalar (tu papá en este caso). Si lo que finalmente compres se guarda sin usarse o se regala a su vez a otra persona, no estás comprando un regalo. Estás perdiendo tiempo y dinero.
  • Compara precios unos días antes de que empiece la promoción (una semana es un buen plazo). Aprovecha también para solicitar información del producto y resolver tus inquietudes, recuerda que el día de la promoción es muy probable que haya mucha gente y por tanto el vendedor no pueda atenderte con tiempo y paciencia.
  • Si vas a comprar a crédito, establece en base a tu presupuesto de gastos cuál es la cantidad que puedes pagar mensualmente, averiguando en los comercios que visites los plazos y tasas de interés que estarán vigentes durante la promoción.
  • Con la información anterior haz una tabla indicando por comercio el precio antes de la promoción así como las ofertas anunciadas durante los días que ésta dure, marcando aquellas opciones que más te convengan.
  • El día de la promoción acude temprano a la primera opción de tu lista y verifica que las ofertas sean reales, que no se hayan inflado los precios, que los plazos y tasas de interés sean los indicados. Si la oferta es buena, compra el producto… y si no, acude a la segunda opción de tu lista y así sucesivamente.
  • No compres bajo presión, y menos aún bajo presión del vendedor. Las decisiones apresuradas tienden a dar malos resultados.
  • Es válido tener cierta flexibilidad en tu estrategia a la hora de realizar la compra, siempre que respetes el monto presupuestado, y el plazo y monto máximo de tus pagos mensuales si es que compraste a crédito.
  • No te dejes llevar por ofertas que no tenías consideradas. Procura que tu compra sea racional y no emotiva.
  • Por último, no es obligación gastarte el monto presupuestado.  Si conseguiste buenos precios y te sobró dinero, ahórralo 😉

Si bien éste artículo surge en el contexto del día del padre, los principios compartidos pueden ser implementados en cualquier época o temporada del año.

Para concluir, recuerda que lo más valioso no tiene costo: la compañía, el cariño y la convivencia en un ambiente de tranquilidad y armonía divirtiéndose juntos, son el mejor regalo que puedes ofrecerle a tu papá.

Felicidades a todos los padres en su día 😀

Provision de gastos

Provisión de gastos: Planeando para evitar deudas y sobresaltos

En muchas ocasiones, al elaborar el presupuesto personal o familiar, lo que se hace es dividir el dinero recibido o que se planea recibir entre los diferentes gastos que se tienen, existiendo períodos en los que los gastos se elevan de forma importante por el efecto de pagos periódicos altos como son el pago de la hipoteca de la casa (mensual), la luz (bimestral) o los útiles escolares (anual). Al elaborar el presupuesto de esta forma, es frecuente que nos enfrentamos a períodos en los que no se tienen los ingresos suficientes para cubrir estos gastos no constantes, haciendo entonces uso de la tarjeta de crédito o de préstamos de amigos y familiares buscando con ello alcanzar el fin de quincena, con lo cual provocamos que se vea disminuido nuestro flujo de efectivo futuro al tener que incluir entre los gastos el pago de esta nueva deuda. Esto puede evitarse desde la elaboración misma del presupuesto, ya que si planeamos previendo estos gastos periódicos, podemos distribuir su costo entre diferentes períodos de cobro (quincenal, catorcenal, semanal) de forma que nuestros ingresos se distribuyan de forma homogénea en cada período. ¿Cómo hacer esto posible? A través de una estrategia sencilla: provisionar tus gastos.

Las Provisiones

Una provisión no es más que separar de tu ingreso una parte del dinero que necesitas para cubrir un gasto previsto futuro, siendo por tanto una forma de ahorro. Veamos algunos ejemplos:

1. Pagas $2,000 de renta de tu casa cada mes y cobras de forma quincenal. Al tener dos períodos de cobro, puedes provisionar en tu primera quincena $1,000 y así en la segunda sólo tienes que tomar $1,000 más.

2. Revisando tus recibos de luz determinas que tu pago promedio bimestral es de $700. En esta ocasión tienes 4 períodos de cobro, con lo cual podrías provisionar durante 3 quincenas $175 (700/4), requiriendo únicamente $175 en la quincena que te toca pagar la luz para cubrir su pago.

3. Calculas que para comprar los útiles escolares de tu hijo para el próximo período escolar necesitarás $2,500.00 los cuales planeas comprarlos en agosto antes del inicio de clases. Si comenzaras en esta primera quincena de mayo, te quedan cuando menos 6 quincenas para distribuir este gasto, con lo cual podrías provisionar $417 quincenales. Y si la provisión la hicieses desde que inicia el año escolar en septiembre, entonces tendrías 20 quincenas, donde cada provisión sería de $125.00

Si lo observas bien es algo así como pagar a meses sin intereses, con la diferencia de que en vez de estarle pagando al banco las mensualidades correspondientes por algo comprado en el pasado, estas separando el dinero para el gasto futuro.

Beneficios

  • Evitas tener períodos con pagos desmesuradamente altos que ponen en peligro tu flujo de efectivo;
  • Al depositar el dinero en tu cuenta de ahorro, incrementas el capital sobre el que se te calcularán los intereses, con lo cual recibirás un rendimiento mayor por tu dinero;
  • Llegado el momento de realizar el gasto, tienes la posibilidad de pagar en efectivo y con ello aprovechar promociones y descuentos por pago en efectivo que hubiese disponibles;
  • También es posible que al momento de realizar el pago exista la posibilidad de hacerlo a meses con intereses, con lo cual podrías mantener tu dinero en tu cuenta de ahorro e ir sacando poco a poco lo que requieres para pagar cada mensualidad, con lo cual la institución financiera te pagará más intereses.

Consideraciones

  • La estrategia da buenos resultados siempre y cuando seas disciplinado y no tomes el dinero provisionado para fines distintos a los planeados;
  • Muchos de los pagos es posible que varíen con el tiempo (caso de la luz y los útiles escolares), por lo que quizá el último pago tenga que ser mayor a la provisión calculada… pero el efecto en tu presupuesto siempre será menor a que si tuvieses que absorber en un solo período la totalidad del gasto;
  • También es posible que al final tuvieses que pagar menos de lo planeado, con lo cual puedes mantener el excedente ahorrado para cubrir un posible faltante el día de mañana (caso de la luz, donde en invierno se paga menos que en verano), o bien utilizar el excedente para cubrir otras necesidades;
  • Procura mantener tus provisiones ahorradas en una cuenta de ahorro o inversión distinta a tu cuenta eje, es decir, aquella en donde normalmente manejas tu dinero para el día a día y de donde retiras en los cajeros automáticos cuando necesitas efectivo. Esto para ayudarte a evitar que tomes el dinero provisionado de forma accidental… o aún consciente.
  • De ser posible, pide que éstas provisiones te sean retenidas directamente de tu pago de nómina y depositadas en tu cuenta de la caja de ahorro de tu empresa;
  • Requieres identificar en tu cuenta de ahorro cómo está conformado el saldo de la misma, lo cual puedes realizar de forma sencilla anotando en una libreta u hoja de cálculo cada depósito o retiro que realices por cada una de las provisiones que manejes;
  • Otros gastos que también podrían provisionarse son: Televisión por cable, servicio de telefonía e Internet, plan de tu teléfono celular o del paquete de datos de tu dispositivo móvil, mensualidad de tu automóvil, colegiaturas, pago de la prima anual – son más baratas que las semestrales o mensuales – de tus seguros (hogar, auto, gastos médicos, vida), mantenimiento preventivo de tu auto, impuestos por tu casa, inscripciones escolares entre muchos otros.
  • Ahorros como el Fondo de Emergencias (dinero que separas de tu sueldo para afrontar un imponderable), Fondo de gastos médicos (para médicos y medicinas por catarros, infecciones y otras enfermedades menores), o cualquier otro fondo que generes para enfrentar gastos no contemplados, son en realidad provisiones en las cuales no tienes una fecha ni un importe específicos. Por lo mismo, considéralos provisiones de corto plazo.

Dónde depositar tus provisiones

  • Para provisiones de muy corto plazo (un mes o inferiores), deposita tu dinero en una Cuenta de Ahorro a la Vista ya que necesitas liquidez inmediata. En estos casos no te preocupes tanto por los rendimientos ya que usualmente el interés es bajo, aunque recuerda que las cajas de ahorro de trabajadores normalmente tienen mejores rendimientos que las populares , y que las populares en muchas ocasiones tienen mejores rendimientos que los bancos.
  • Para provisiones de corto plazo (superiores al mes y hasta 3 meses) considera cuentas de Ahorro a Plazo Fijo, CETES(Certificados de deuda del gobierno federal), y Pagarés Bancarios. El orden en cuanto a mejores rendimientos suele ser Cajas de Ahorro de trabajadores de empresas , CETES, Cajas populares y Bancos.
  • Para provisiones de mediano plazo (entre 3 meses y un año) considera, adicionalmente a las anteriores, los Fondos de Inversión en Instrumentos de Deuda.
  • Al ser las provisiones dinero que seguramente utilizarás a lo sumo en el mediano plazo, no pongas en riesgo tus fondos depositando tus recursos en Acciones Bursátiles, Fondos de Renta Variable, Fondos de Cobertura o en general para utilizarlo en inversiones, por más seguras y jugosas que éstas parezcan. El horizonte de inversión para este tipo de instrumentos suele ser de largo plazo con un riesgo elevado.

Es posible que en un principio te parezca un poco difícil ajustar tu presupuesto para contemplar gastos futuros, y estoy seguro que habrá muchos que opinen que no tiene sentido preocuparse por gastos futuros si se está luchando por cómo cubrir los gastos presentes… o porque nadie puede garantizarte que vivirás ese futuro.

Sin embargo, la planeación es una de las habilidades necesarias para alcanzar la libertad financiera, y al ser una habilidad, podrás irla mejorando con la práctica. Empieza con unos cuantos gastos y ve ajustando tu presupuesto poco a poco… y sobre que nadie puede garantizarte que el gasto efectivamente deberás hacerlo, bueno, en el peor de los casos tendrías un ahorro disponible para lo que desees. Suceda lo que suceda, tú ganas.

¿Tienes gastos periódicos que varían de forma importante? ¿Tienes alguna experiencia para compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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Los indicadores que reflejan la salud de tus finanzas personales

Existe un muy antiguo refrán que dice “Lo que no puede medirse, no puede mejorarse“, y las finanzas personales no son la excepción. Al igual que el corredor se fija en el tiempo que tarda en recorrer cierta distancia, el alumno en el promedio de sus calificaciones, el empresario en el total de sus ventas o quien desea adelgazar en su talla, peso o si la ropa le queda, tu bolsillo también tiene indicadores que te permiten evaluar tu situación financiera de forma que puedas observar el resultado de tu esfuerzo por mejorar tu nivel de vida y el de tu familia de forma objetiva. Es claro que existen muchos indicadores y que la preferencia entre unos u otros depende de cada persona, pero los que voy a presentarte son los que he observado como más representativos y que en la práctica su seguimiento da mejores resultados.

1. Llevar un Presupuesto

Descripción: Plan escrito de cómo serán distribuidos tus ingresos entre tu ahorro, provisiones, gastos y compromisos financieros, el cual debe ser actualizado cada vez que tengas una variación en cualquiera de esos rubros como podría ser un incremento de sueldo, la compra de algún producto a plazos o el incremento de las colegiaturas en la escuela de tus hijos.

Importancia: El presupuesto es la base de tus finanzas. No llevarlo significa desconocer cuánto ganas y cuánto realmente gastas, reaccionar a las circunstancias en vez de planear para afrontarlas. Te impide ser consciente de tu flujo de efectivo.

Valores:
a) Sí llevo un presupuesto y procuro que esté actualizado así como cumplirlo.
b) Sí, pero me cuesta mucho tenerlo actualizado y muchas veces no lo considero al realizar mis gastos
c) No llevo un presupuesto

Para mejorar: Sé que para algunos será tedioso, para otros difícil de cumplir, pero como ya te comenté el presupuesto es la base de tu salud financiera. Si aún no llevas uno tómate el tiempo para hacerlo, procura mantenerlo actualizado y sé disciplinado al seguirlo. Puedes apoyarte en el artículo 10 Consejos para la elaboración de tu presupuesto.

2. Tu Flujo de Efectivo

Descripción: Determina tu capacidad de afrontar tus gastos y compromisos financieros, es decir, qué tanto tus ingresos logran cubrir tu necesidades y las de tu familia, así como tus deudas y tu ahorro. Para determinarlo te basas en tu presupuesto.

Importancia: Para mí es quizá el más importante de los indicadores ya que refleja sin lugar a dudas dónde estás parado, permitiéndote identificar fugas de dinero, zonas de amortiguamiento (gastos que puedes reducir o suprimir en caso de necesidad) y que tan apremiante es la necesidad real de incrementar tus ingresos, es decir, el que tu ingreso te sea suficiente descontando fugas de dinero y zonas de amortiguamiento.

Valores:
a) Si tus ingresos no logran cubrir tus gastos y compromisos, estás sumido en una crisis financiera severa. Lo más importante es romper el círculo vicioso de endeudarte porque no tienes para pagar tus necesidades lo que te lleva a endeudarte para cubrirlas: identifica y elimina tus fugas de dinero, aprovecha las zonas de amortiguamiento e incrementa tus ingresos.
b) Si el mayor porcentaje de tus ingresos se va en el pago de deudas, tienes una precaria salud financiera. Observa tus hábitos de consumo, quizá no todo lo que compras sea realmente necesario. Da prioridad al ahorro, se paciente para obtener aquello que deseas, y si hay algo en especial que deseas adquirir o disfrutar, haz el esfuerzo de generar un ingreso adicional para cubrir su costo antes de endeudarte aún sea a meses sin intereses.
c) Si el mayor porcentaje de tus ingresos lo dedicas a cubrir tus necesidades diarias, mayor es tu dependencia a tu ingreso para vivir al día, lo que te vuelve vulnerable ante los imponderables que suele presentarnos la vida. Busca ahorrar lo que hoy se te va en fugas de dinero, aprovecha las zonas de amortiguamiento, y ese dinero deposítalo en una cuenta de ahorro como provisión para eventos futuros. También es recomendable que te esfuerces por incrementar tus ingresos.
d) Si el mayor porcentaje de tus ingresos lo destinas al ahorro a corto plazo, podemos hablar de que disfrutas de estabilidad financiera encontrándote preparado para enfrentar el futuro. Observa la fuente de tus ingresos… Quizá sea hora de buscar ingresos que no dependan de tu fuerza personal, como son las inversiones, rentas, patentes y regalías.
e) Si la mayor parte de tus ingresos la destinas al ahorro a largo plazo y a las inversiones, hablamos entonces de que disfrutas de holgura financiera.

Para mejorar: Como podemos ver, cada valor del Flujo de Efectivo lleva intrínseco la clave para mejorar este indicador.

3. Tu liquidez

Descripción: Determina tu capacidad de pago en dinero efectivo. En muchas ocasiones una persona puede tener un flujo de efectivo sano pero no tener un peso en su bolsa, aún tenga mucho dinero en instrumentos de inversión, activos o ahorro a plazos.

Importancia: La liquidez es la que te permite pagar los productos y servicios que requieres día con día. Quien no tiene liquidez requiere recurrir a préstamos o a su tarjeta de crédito, con lo cual, lo único que gana, es mermar su flujo de efectivo futuro.

Valores:
a) Sin liquidez, es decir, no tienes capacidad de pago en efectivo.
b) Liquidez precaria, es decir, tienes lo justo que requieres para realizar tus pagos.
c) Liquidez, es decir, tienes disponible más dinero del necesario para tus gastos.

Para mejorar: Si requieres mejorar este indicador, es necesario identifiques el motivo por el cual no tienes la liquidez suficiente.

  • ¿No tienes un flujo de efectivo sano? Empieza por ahí: reduce fugas de dinero, aprovecha zonas de amortiguamiento e incrementa tus ingresos
  • ¿Tienes tu dinero “atrapado” en instrumentos de inversión y ahorro a plazo? Revisa tu estrategia de ahorro e inversión: Recuerda que debes tener una cuenta de ahorro a la vista (tarjeta de débito o chequera) con dinero suficiente para el día a día, quizá complementada por una inversión o ahorro de vencimiento diario (disponible en 24h)
  • ¿Tienes tu dinero invertido en activos (casas, autos, oro)? Recuerda que no puedes comer una bujía, ni pagar la colegiatura con una piedra, ni comprar en el supermercado pagando en caja con una onza de oro. Si tus activos no te proporcionan un flujo de efectivo (rentar la casa, por ejemplo) quizá debieras vender alguno para hacerte de liquidez, o esforzarte en generar un ingreso que te garantice la liquidez que necesitas.
  • ¿Te autofinancias a través de tus ahorros y por ello no tienes dinero? Si bien el autofinanciamiento es una práctica recomendable, debes considerarla como lo que es: una deuda. Por tanto, no seas condescendiente contigo mismo viéndote como el acreedor al que no le pagan… realmente eres el deudor incumplido.
  • Como punto general, recuerda la regla de oro de las inversiones: No uses para invertir el dinero que necesitas para comer.

4. El rendimiento que te da tu dinero

Descripción: En este indicador puedes ver reflejado que tan eficiente es tu propio dinero trabajando para ti, es decir, los intereses y rendimientos que recibes por tu dinero ahorrado e invertido para necesidades futuras (no el que necesitas para tu gasto diario ni para tus pagos mensuales).

Importancia: Este indicador no busca evaluar el rendimiento de tu dinero como una fuente de ingreso (lo cual está contenido en el Flujo de Efectivo) sino que mide tu propia eficiencia para administrar tu dinero, lo que conlleva planear, analizar y evaluar diferentes opciones.

Valores:
a) Tu dinero no te genera rendimientos. ¿No ahorras? ¿Guardas el dinero en una alcancía, bajo el colchón, o en una cuenta que no te da intereses? Empieza por destinar parte de tus ingresos de forma constante al ahorro y acércate a un asesor para identificar algún instrumento de ahorro o inversión que se ajuste a tus necesidades.
b) Tu dinero te da rendimientos inferiores a la inflación. Estás perdiendo dinero aún que lo tengas en el banco o en un fondo de ahorro. Existen instrumentos que requieren un monto de apertura bajo que dan rendimientos superiores a la inflación, como pueden ser algunas cajas de ahorro de trabajadores, fondos de inversión y bonos del gobierno (CETES).
c) Tu dinero da rendimientos superiores a la inflación. Estás haciendo un buen trabajo y quizá sea hora de dar el siguiente paso: tomar las riendas de tus inversiones. Evalúa las diferentes alternativas de ahorro o inversión y compara sus rendimientos, escogiendo aquellos que te den mejores rendimientos.
d) Tu dinero trabaja para ti. Es quizá el punto al que muchos desearían llegar. Es cuando el flujo de efectivo que generan las inversiones es tal, que bien puedes considerarlo un ingreso adicional. Existen muchos casos que las personas llegan incluso a dejar de trabajar para dedicarse de lleno a sus inversiones

Para mejorar: Si bien es cierto que el importe de los rendimientos está relacionado con el total del capital que tengamos invertido, también es cierto que muchas veces no obtenemos mejores rendimientos más por falta de conocimiento que por falta de capital. Por ello es importante ser autodidacta: Lee libros y artículos relacionados al mundo de las inversiones, platica con personas con mayor experiencia, selecciona a un buen asesor financiero, relaciónate con personas que estén buscando andar el mismo camino que tú.

5. La Etapa Financiera en la que te encuentras

Descripción: Las Etapas Financieras son una serie de características en la vida financiera de una persona relacionadas con el origen de sus ingresos, la naturaleza de sus gastos y la urgencia de sus obligaciones. Puedes encontrar una explicación muy completa en Cómo Identificar (y prosperar en) las Etapas Financieras.

Importancia: La etapa financiera en la que te encuentras, al resumir en hechos tu nivel de endeudamiento, tu capacidad de pago y tu grado de desarrollo en diversas habilidades financieras como el ahorro, la inversión y el financiamiento, permiten concentrar en este único indicador muchos otros que pudieran manejarse de forma independiente, facilitándote su evaluación y seguimiento.

Valores: Las etapas financieras, según las puedes ver descritas en el artículo recomendado, son:
a) Dependencia Financiera
b) Autosuficiencia Financiera
c) Crisis Financiera
d) Estabilidad Financiera
e) Tranquilidad Financiera
f) Independencia Financiera
g) Libertad Financiera

Para mejorar: Identifica en qué etapa te encuentras y sigue las recomendaciones específicas para cada superar cada etapa.

Existen muchos otros indicadores que pudieran manejarse, y es muy probable que consideres que alguno de ellos sea demasiado importante para haberlo omitido en este artículo. Por favor inclúyelos en la sección de comentarios… poco hay tan valioso como la retroalimentación, además que podrá servirle a otros lectores para forjar su propio criterio.

Recuerda que no existen caminos instantáneos. Ni quien busca bajar de peso lo logra en la primera sesión en el gimnasio, ni el corredor completa el maratón la primera vez que se pone los zapatos para correr. En todos los casos debes primero identificar de forma honesta dónde te encuentras, definir a dónde quieres llegar y establecer un plan para lograrlo, dando seguimiento periódico a tus indicadores para que puedas evaluar el resultado paulatino de tu esfuerzo. Ten paciencia… Estoy seguro que con constancia y disciplina, lo lograrás.

¿Manejas en casa alguna estrategia para afrontar emergencias? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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El Fondo de Emergencias

Cómo crear tu propio Fondo de Emergencias

Un Fondo de Emergencias es una cantidad de dinero que ahorras para hacer frente a situaciones no planeadas donde necesitas liquidez en el momento para enfrentarlas, salvaguardando con ello tus finanzas, tu salud, y a tus seres queridos. Sin embargo el reto está no sólo en cómo formarlo, sino en qué estrategia seguir para salvaguardarlo en cuentas de ahorro e inversión. Hoy les presento una estrategia que en lo personal pongo en práctica y que ha sido de utilidad para otras personas.

I. Construyendo tu Fondo de Emergencias

  • Incluye en tu presupuesto un rubro específico para separar dinero para emergencias futuras. No lo tomes de lo que te sobra después de cubrir tus gastos, más bien planea tus gastos después de separar tu ahorro.
  • Procura separar cuando menos entre 1 y 3 pesos de cada 100 que ganes.
  • En cuanto recibas tu sueldo o tus ganancias sepáralo para que no tengas la tentación de gastarlo.
  • Si eres dueño de tu propio negocio, es conveniente que también tengas una provisión para las emergencias de tu empresa. Separa igualmente entre el 1% y el 3% recordando que esta provisión es ajena a tu fondo personal para emergencias, por lo que debes mantenerlas separadas.

II. Dónde depositarlo

  • La razón de ser del Fondo de Emergencias es tener el dinero disponible en el momento que lo necesites, por lo que es recomendable que lo tengas en una cuenta de ahorro a la vista (de preferencia asociada a tu tarjeta de débito para tener facilidad de pago y retiro de efectivo).
  • Si bien podrías mantener el dinero en tu cuenta eje, el riesgo de que termines usándolo en el gasto diario es grande, por lo que lo recomendable es separarlo a una cuenta específica.
  • El Fondo de Emergencia es un ahorro de corto plazo (es decir, una provisión) donde debe privilegiarse la liquidez. Por tanto, queda en segundo término los rendimientos e intereses que pueda darte la cuenta además de que el efecto de la inflación es despreciable.
  • Debido al punto anterior, busca que la cuenta donde salvaguardes tu Fondo de Emergencias no tenga comisiones ni exija mínimos forzosos o saldos promedios (o que éstos sean muy bajos).

III. Rendimientos en tu Fondo de Emergencias

  • Una vez que logras tener ahorrado un fondo que te permita enfrentar gastos menores, el excedente puedes ponerlo en un ahorro a plazo para ahora sí protegerlo en lo posible de la inflación a través de sus rendimientos.
  • El fondo base para tener en la cuenta de ahorro a la vista debe ser el suficiente para cubrir gastos que no puedan pagarse con tarjetas de crédito como honorarios, taxis, etc. Una forma de determinarlo es considerar 4 citas con un médico especialista (No porque vayas a ir al médico, sino tan solo para utilizarlo como unidad de medida). Donde vivo los honorarios promedio son de $550, por lo que el fondo base debiera ser de $2200.
  • Los excedentes a este importe podrías tenerlos en un ahorro fijo a 28 días (máximo). Una buena alternativa es depositarlo en la caja de ahorro de trabajadores de tu empresa en caso de tener esa prestación, ya que llegan a dar rendimientos superiores a los bancarios, CETES y Fondos de Inversión de renta fija.
  • Evita caer en la tentación de poner todo tu Fondo de Emergencias en una cuenta de inversión. Recuerda que el objetivo no es ahorrar – para ello, lo conveniente es incluir un rubro específico para el ahorro en tu presupuesto – sino estar preparado para un imponderable, para un evento que en muchas ocasiones no podrías prever que sucedería y ante el cual necesitas efectivo inmediato.

IV. Cómo utilizarlo

  • Tu Fondo de Emergencias es para enfrentar una emergencia, así que no dudes en usarlo. Esto lo subrayo porque he conocido a personas que prefieren endeudarse antes de tocar el dinero del fondo, confundiendo el objetivo del fondo (enfrentar financieramente un evento no contemplado) con el ahorro de mediano y largo plazo (dinero para el retiro, vacaciones, estudios o para poner en el futuro un negocio). Nuevamente, para esto último, lo mejor es incluir en tu presupuesto un rubro para el ahorro.
  • Ahora bien, úsalo sólo en emergencias, es decir, en situaciones en las que está en riesgo la salud o integridad de tu familia, o que te podría provocar gastos mayores de no atenderlo de forma oportuna. También he conocido personas que consideran una “emergencia” comprar una revista de colección, ir a ver un partido con los amigos o viajar a ver la presentación de un artista en otra ciudad… si lo vemos fríamente ninguna de éstas son emergencias.
  • Si es posible y eres una persona disciplinada, bien puedes aprovechar el financiamiento que otorgan las tarjetas de crédito pagando lo relativo a la emergencia con tu tarjeta y saldándola antes de la fecha límite de pago, tomando para ello el dinero correspondiente de tu Fondo de Emergencias. Esto te puede beneficiar por los puntos generados por el pago – la mayoría de las tarjetas contemplan programas de lealtad – y por el rendimiento que tuvieses en la cuenta donde mantienes tu fondo.

V. Cómo gestionarlo

  • ¿Recuerdas que sugería una líneas más arriba separar entre 1% y 3% de tus ingresos? Bien, cuando estés empezando procura separar cuando menos el 3%. Una vez que llegues al Fondo de Emergencias Base (el equivalente a las 4 citas con el especialista – $2200) reduce tu aportación al 1% si consideras que te cuesta trabajo mantener el ritmo del 3%.
  • En el momento que tomes dinero del Fondo Base, reponlo con el excedente que pudieses tener invertido al momento en que puedas realizar el retiro.
  • De no tener ese excedente, incrementa nuevamente tu aportación en tu presupuesto al 3%… o más, si puedes y quieres recuperar tu Fondo de Emergencias más pronto.

Para concluir, es importante reconocer que el Fondo de Emergencias no es suficiente para enfrentar cualquier emergencia de tu familia. Sirve para emergencias menores, pero no para los daños que puedes hacer con tu automóvil, o para reparar tu casa después de sufrir los embates de un temblor, un huracán u otro desastre natural, así como tampoco para atender enfermedades graves y largas como puede ser el cáncer o la diabetes.

Es por ello que el Fondo de Emergencias debe verse como parte de una estrategia más grande, como un complemento a pólizas de seguros que te permitan garantizar la salud y el bienestar de tu familia… Y sobre esta estrategia de cobertura a emergencias platicaremos en un próximo artículo.

¿Manejas en casa alguna estrategia para afrontar emergencias? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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