Cuidado con los coyotes

Los riesgos de poner tus trámites en manos de coyotes

Cuidado con los coyotes
«¿Necesitas renovar tu licencia de conducir? ¿Tu pasaporte? ¿Sacar tu visa? ¿Tramitar un permiso ante el ayuntamiento? ¡Nosotros lo hacemos por ti!» Son los coyotes, personas que te ofrecen ayudarte a no perder tiempo y enredarte en trámites… Claro, a cambio del pago de sus honorarios. Pero, ¿Son confiables? ¿Y a qué costo?

No todos los tramitadores son coyotes

Hay trámites que pueden ser difíciles (sacar el acta de defunción y permisos de inhumación o incineración de un familiar cercano muy querido), complejos (pedimentos y permisos para importar productos desde China), o en otro idioma (la visa norteamericana), para los cuales la asesoría de alguien con experiencia se vuelve invaluable.

Éstas personas pueden ser profesionistas expertos en su ramo (como los agentes aduanales), empresas que ofrecen la asesoría como parte de sus servicios (caso de las funerarias), o particulares con experiencia en el proceso.

Sin embargo, en todos los casos anteriores, hablamos de personas que te guían en el proceso, respetando reglamentos y procedimientos. Que son claros respecto a sus honorarios, los costos que debes de cubrir, y el alcance de sus servicios.

Los hábitos de los coyotes

A diferencia de los tramitadores, los coyotes ofrecen brincarse los reglamentos, darle la vuelta a los procedimientos, e incluso conseguir cosas que por otra vía no podrían conseguirse.

También los hay abusivos, que explotan la ignorancia e ingenuidad de sus «clientes» para llevar a cabo trámites realmente sencillos.

No siempre quedan claros sus honorarios desde un inicio, y con tal de que contrates sus servicios, son capaces de «comprometerse» con lo que sea… Así esté fuera de su alcance.

Riesgos de relacionarte con un coyote

  • Elevar excesivamente el costo del trámite. Por ejemplo, por una licencia de conductor, que normalmente oscila entre $300 y $500, ¡los coyotes llegan a cobrar entre $1500 a $3000! … Adicional al costo de la licencia, desde luego
  • Perder dinero. Una vez que contratas al coyote, ¿qué te garantiza que no se hará ojo de hormiga? Y más cuando el trámite se complica
  • Ser víctima de un fraude. Sellos inválidos, firmas apócrifas, formatos obsoletos, documentos falsificados… No hay garantías más allá que la propia palabra del Coyote, que, si te está ofreciendo darle la vuelta a un reglamento o procedimiento, podemos afirmar que es alguien sin escrúpulos. Y si engaña a los demás para conseguirte lo ofrecido, ¿Por qué no habría de engañarte a ti también?
  • Ser cómplice de un delito. Si atrapan al coyote en medio de tu trámite, con todos tus documentos y datos de contacto en la mano, la autoridad te citaría para fincar responsabilidades

Además, te conviertes en un eslabón más de la corrupción. Todos afirmamos que a México le iría mejor si no se robara tanto. Nos quejamos de las mordidas que solicitan servidores públicos para «agilizar el proceso». ¡El resultado de las pasadas elecciones se debió en buena medida a la promesa de acabar con la corrupción! … Y, sin embargo, no dudamos en contratar los servicios de un coyote.

«La corrupción de combate con congruencia» – Mauricio Priego

Recomendaciones finales

  • Muchos trámites y solicitudes ya pueden hacerse por Internet, usualmente de manera sencilla e intuitiva
  • También es posible sacar citas por diferentes medios, con lo cual optimizas tu tiempo
  • No dejes los trámites al final. Si lo ves con tiempo, tienes la posibilidad de investigar y resolver cualquier tema con calma
  • Si requieres el apoyo de un tramitador, pregunta a tu proveedor. Muchas veces pueden brindarte ése servicio (Vg. las concesionarias de autos, con las cuales comúnmente puedes solicitar el emplacamiento del auto que estás comprando)
  • Compara costo-beneficio. Evalúa si en verdad el tiempo que te ahorra el tramitador vale lo que estás pagando por sus servicios.

¡Éxito!

Referencias