Sobreviviendo fiestas decembrinas

¿Cómo sobrevivir financieramente a las fiestas decembrinas?

Estamos a poco menos de siete semanas de Navidad, pero seguramente desde hace un par de meses has podido observar como en tiendas y comercios los productos propios de la época van ocupando más y más espacio. Y es que más allá de la Fe que cada quien profese, diciembre es la época donde se registran las mayores ventas, como si por alguna razón nos viésemos obligados a comprar, a «pasar la tarjeta», y prueba de ello es la tristemente célebre Cuesta de Enero. ¿Qué hacer entonces para sobrevivir financieramente a las fiestas decembrinas? Leer más

Crea tu Fondo de Emergencias

El Fondo de Emergencias, importancia y trucos para crearlo

Uno de los lemas favoritos de los bancos para colocar sus tarjetas de crédito y préstamos personales es «pueden servirte para una emergencia». Y es curioso, porque la realidad es que con ellos sólo logras ganar algo de tiempo ya que finalmente tendrás que pagar esa deuda… junto con los intereses generados (los bancos no son precisamente damas de la caridad). Una solución real es que al momento de la emergencia tengas dinero a tu disposición para enfrentarla, pero ¿es esto posible cuando la mayoría de nosotros vivimos al día?  Leer más

Tips para identificar y evitar las compras por impulso

En un artículo anterior conversábamos acerca de los gastos hormiga y sobre cómo el detectarlos – y evitarlos – te brinda la oportunidad de ahorrar. Sin embargo, existen personas enfocadas en impedírtelo (y no lo digo en sentido figurado): Me refiero a los mercadólogos, los cuales estudian la sicología del consumidor para que sea su subconsciente el que lo impulse a comprar algo que no tenía inicialmente la intención de comprar. Hoy te platicaremos algunos de los trucos que utilizan para lograrlo los supermercados – y los comercios en general – así como algunos consejos para evitar las compras por impulso. Leer más

Estrategia sencilla para poner a trabajar tu dinero a tu favor

El dinero, como cualquier otro recurso a tu disposición, puede significarte una entrada de más dinero. Y al contrario de lo que muchos piensan respecto a que se necesita ser un gran inversionista para lograrlo, lo que en verdad requieres es tener una estrategia y un instrumento financiero adecuado para llevarlo a cabo. Una forma sencilla de lograrlo es a través de tu propio pago de nómina, planeando tus gastos y aprovechando las facilidades de tu caja de ahorro para trabajadores.

Por más de que el dinero no alcance o que tengamos que estarlo estirando para sobrevivir al final de la quincena, lo normal es que los pagos no los hagas todos el mismo día. La luz, agua, colegiaturas, renta y tarjetas de crédito suelen pagarse en fechas específicas. Las compras en el súper suelen realizarse de forma periódica, así como las idas al cine, paseos y comidas familiares o las salidas con los amigos. Y también hay gastos que no son recurrentes pero que puedes preverlos como cumpleaños, bodas, aniversarios o ciertas visitas al médico.

Si estamos de acuerdo en lo anterior, entonces coincidirás conmigo de que mantienes parte de tu dinero en tu cuenta donde te depositan tu nómina retirando dinero conforme lo necesitas, o bien, que si eres de los que lo retiras todo desde el primer día, lo mantienes en tu casa, bolsa o cartera mientras vas pagando tus gastos conforme éstos se presentan (con el riesgo que conlleva el tener todo tu dinero contigo).

La estrategia que te propongo consta de cuatro pasos sencillos:

1) Planea tus gastos. Identifica las fechas en que requieres hacer tus pagos, determinando la cantidad que necesitas cada semana. Es claro que la cantidad no será siempre la misma ya que depende de los pagos que tengas que hacer.

2) Solicita que se deposite tu pago de nómina en tu cuenta de Ahorro a la Vista de la caja de ahorro. Claro está que no depositarás todo ya que es recomendable tener una cantidad a la mano para imprevistos. Pero eso sí, entre mayor sea lo que deposites, mejor.

3) Retira cada fin de semana el dinero que necesitas para la semana que inicia según tu planeación de gastos del paso uno, con lo cual el lunes, antes del medio día, tendrás el dinero disponible en tu cuenta bancaria. Con esto tu dinero te generará intereses por los días que se encuentre en tu cuenta de ahorro a la vista esperando que lo retires.

4) Transfiere a una cuenta a Plazo Fijo los intereses que haya generado tu dinero mientras esperaba a que lo retiraras. Dependiendo de tu ingreso los intereses generados mensualmente por tu dinero para gastos quizá sean de unos cuantos pesos, los cuales es posible que no te motive mucho. Pero si pasas esas pequeñas ganancias a un ahorro a plazo y lo mantienes ahí digamos un año, lo que en realidad haces es acumular esos pesos para que se conviertan en una cantidad más interesante. Además, usualmente la tasa del ahorro a plazos es mucho más alta que la del ahorro a la vista, con lo que consigues más dinero por el mismo monto ahorrado.

Con lo anterior, ¡tu dinero ha estado trabajando para ti durante el año!  Ganando, además, intereses sobre los intereses.

Recuerda que no es obligatorio retirar tu ahorro al concluir el año… Si gustas puedes dejar ahí tus ganancias producto de esta estrategia para que se multipliquen durante el siguiente año 😉

Para concluir te comparto una forma de potenciar esta estrategia: si eres disciplinado en tus finanzas y además eres totalero (que cada mes liquidas sin falta el total de tu adeudo a tu tarjeta de crédito de manera que no pagas al banco un peso de interés), paga todo lo que puedas con la tarjeta, retirando en la semana previa a la fecha límite de pago lo necesario para saldarla. Con esto conseguirás mayores intereses al mantener un monto mayor en tu cuenta a la vista por más tiempo, además de que recibirás los puntos de tus compras con la tarjeta, que al final de cuentas es una ganancia adicional que puedes recibir al implementar esta estrategia. (Importante: Si no eres totalero, mejor no lo intentes).

¡Éxito!

Reparto de Utilidades

Ideas para distribuir y sacar el máximo provecho al Reparto de Utilidades

Ya estamos en mayo, mes de las madres, de los maestros… y del Reparto de Utilidades. Después del aguinaldo éste es quizá el pago más esperado por los trabajadores, representando la parte que le corresponde de las utilidades que generó la empresa para la que trabaja (o trabajó) durante el año pasado siempre que haya laborado cuando menos 60 días de forma continua o interrumpida. Algunos lo usan para pagar deudas, otros para el mantenimiento del hogar, otros más para la compra de útiles escolares, y en algunos casos, para incrementar el ahorro personal o familiar. Sin embargo a la mayoría no le alcanza para cubrir lo que necesita, quedando el trabajador con la sensación de que se le escapa el dinero por entre los dedos. Sin embargo hay formas de sacarle el máximo provecho… Leer más

Provision de gastos

Provisión de gastos: Planeando para evitar deudas y sobresaltos

En muchas ocasiones, al elaborar el presupuesto personal o familiar, lo que se hace es dividir el dinero recibido o que se planea recibir entre los diferentes gastos que se tienen, existiendo períodos en los que los gastos se elevan de forma importante por el efecto de pagos periódicos altos como son el pago de la hipoteca de la casa (mensual), la luz (bimestral) o los útiles escolares (anual). Al elaborar el presupuesto de esta forma, es frecuente que nos enfrentamos a períodos en los que no se tienen los ingresos suficientes para cubrir estos gastos no constantes, haciendo entonces uso de la tarjeta de crédito o de préstamos de amigos y familiares buscando con ello alcanzar el fin de quincena, con lo cual provocamos que se vea disminuido nuestro flujo de efectivo futuro al tener que incluir entre los gastos el pago de esta nueva deuda. Esto puede evitarse desde la elaboración misma del presupuesto, ya que si planeamos previendo estos gastos periódicos, podemos distribuir su costo entre diferentes períodos de cobro (quincenal, catorcenal, semanal) de forma que nuestros ingresos se distribuyan de forma homogénea en cada período. ¿Cómo hacer esto posible? A través de una estrategia sencilla: provisionar tus gastos.

Las Provisiones

Una provisión no es más que separar de tu ingreso una parte del dinero que necesitas para cubrir un gasto previsto futuro, siendo por tanto una forma de ahorro. Veamos algunos ejemplos:

1. Pagas $2,000 de renta de tu casa cada mes y cobras de forma quincenal. Al tener dos períodos de cobro, puedes provisionar en tu primera quincena $1,000 y así en la segunda sólo tienes que tomar $1,000 más.

2. Revisando tus recibos de luz determinas que tu pago promedio bimestral es de $700. En esta ocasión tienes 4 períodos de cobro, con lo cual podrías provisionar durante 3 quincenas $175 (700/4), requiriendo únicamente $175 en la quincena que te toca pagar la luz para cubrir su pago.

3. Calculas que para comprar los útiles escolares de tu hijo para el próximo período escolar necesitarás $2,500.00 los cuales planeas comprarlos en agosto antes del inicio de clases. Si comenzaras en esta primera quincena de mayo, te quedan cuando menos 6 quincenas para distribuir este gasto, con lo cual podrías provisionar $417 quincenales. Y si la provisión la hicieses desde que inicia el año escolar en septiembre, entonces tendrías 20 quincenas, donde cada provisión sería de $125.00

Si lo observas bien es algo así como pagar a meses sin intereses, con la diferencia de que en vez de estarle pagando al banco las mensualidades correspondientes por algo comprado en el pasado, estas separando el dinero para el gasto futuro.

Beneficios

  • Evitas tener períodos con pagos desmesuradamente altos que ponen en peligro tu flujo de efectivo;
  • Al depositar el dinero en tu cuenta de ahorro, incrementas el capital sobre el que se te calcularán los intereses, con lo cual recibirás un rendimiento mayor por tu dinero;
  • Llegado el momento de realizar el gasto, tienes la posibilidad de pagar en efectivo y con ello aprovechar promociones y descuentos por pago en efectivo que hubiese disponibles;
  • También es posible que al momento de realizar el pago exista la posibilidad de hacerlo a meses con intereses, con lo cual podrías mantener tu dinero en tu cuenta de ahorro e ir sacando poco a poco lo que requieres para pagar cada mensualidad, con lo cual la institución financiera te pagará más intereses.

Consideraciones

  • La estrategia da buenos resultados siempre y cuando seas disciplinado y no tomes el dinero provisionado para fines distintos a los planeados;
  • Muchos de los pagos es posible que varíen con el tiempo (caso de la luz y los útiles escolares), por lo que quizá el último pago tenga que ser mayor a la provisión calculada… pero el efecto en tu presupuesto siempre será menor a que si tuvieses que absorber en un solo período la totalidad del gasto;
  • También es posible que al final tuvieses que pagar menos de lo planeado, con lo cual puedes mantener el excedente ahorrado para cubrir un posible faltante el día de mañana (caso de la luz, donde en invierno se paga menos que en verano), o bien utilizar el excedente para cubrir otras necesidades;
  • Procura mantener tus provisiones ahorradas en una cuenta de ahorro o inversión distinta a tu cuenta eje, es decir, aquella en donde normalmente manejas tu dinero para el día a día y de donde retiras en los cajeros automáticos cuando necesitas efectivo. Esto para ayudarte a evitar que tomes el dinero provisionado de forma accidental… o aún consciente.
  • De ser posible, pide que éstas provisiones te sean retenidas directamente de tu pago de nómina y depositadas en tu cuenta de la caja de ahorro de tu empresa;
  • Requieres identificar en tu cuenta de ahorro cómo está conformado el saldo de la misma, lo cual puedes realizar de forma sencilla anotando en una libreta u hoja de cálculo cada depósito o retiro que realices por cada una de las provisiones que manejes;
  • Otros gastos que también podrían provisionarse son: Televisión por cable, servicio de telefonía e Internet, plan de tu teléfono celular o del paquete de datos de tu dispositivo móvil, mensualidad de tu automóvil, colegiaturas, pago de la prima anual – son más baratas que las semestrales o mensuales – de tus seguros (hogar, auto, gastos médicos, vida), mantenimiento preventivo de tu auto, impuestos por tu casa, inscripciones escolares entre muchos otros.
  • Ahorros como el Fondo de Emergencias (dinero que separas de tu sueldo para afrontar un imponderable), Fondo de gastos médicos (para médicos y medicinas por catarros, infecciones y otras enfermedades menores), o cualquier otro fondo que generes para enfrentar gastos no contemplados, son en realidad provisiones en las cuales no tienes una fecha ni un importe específicos. Por lo mismo, considéralos provisiones de corto plazo.

Dónde depositar tus provisiones

  • Para provisiones de muy corto plazo (un mes o inferiores), deposita tu dinero en una Cuenta de Ahorro a la Vista ya que necesitas liquidez inmediata. En estos casos no te preocupes tanto por los rendimientos ya que usualmente el interés es bajo, aunque recuerda que las cajas de ahorro de trabajadores normalmente tienen mejores rendimientos que las populares , y que las populares en muchas ocasiones tienen mejores rendimientos que los bancos.
  • Para provisiones de corto plazo (superiores al mes y hasta 3 meses) considera cuentas de Ahorro a Plazo Fijo, CETES(Certificados de deuda del gobierno federal), y Pagarés Bancarios. El orden en cuanto a mejores rendimientos suele ser Cajas de Ahorro de trabajadores de empresas , CETES, Cajas populares y Bancos.
  • Para provisiones de mediano plazo (entre 3 meses y un año) considera, adicionalmente a las anteriores, los Fondos de Inversión en Instrumentos de Deuda.
  • Al ser las provisiones dinero que seguramente utilizarás a lo sumo en el mediano plazo, no pongas en riesgo tus fondos depositando tus recursos en Acciones Bursátiles, Fondos de Renta Variable, Fondos de Cobertura o en general para utilizarlo en inversiones, por más seguras y jugosas que éstas parezcan. El horizonte de inversión para este tipo de instrumentos suele ser de largo plazo con un riesgo elevado.

Es posible que en un principio te parezca un poco difícil ajustar tu presupuesto para contemplar gastos futuros, y estoy seguro que habrá muchos que opinen que no tiene sentido preocuparse por gastos futuros si se está luchando por cómo cubrir los gastos presentes… o porque nadie puede garantizarte que vivirás ese futuro.

Sin embargo, la planeación es una de las habilidades necesarias para alcanzar la libertad financiera, y al ser una habilidad, podrás irla mejorando con la práctica. Empieza con unos cuantos gastos y ve ajustando tu presupuesto poco a poco… y sobre que nadie puede garantizarte que el gasto efectivamente deberás hacerlo, bueno, en el peor de los casos tendrías un ahorro disponible para lo que desees. Suceda lo que suceda, tú ganas.

¿Tienes gastos periódicos que varían de forma importante? ¿Tienes alguna experiencia para compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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Tácticas de ahorro

Las tácticas de ahorro – preparando tu futuro (Provisiones, Reservas y Fondos)

Revisando por solicitud de un amigo su presupuesto, observábamos los rubros relacionados con su ahorro. En lo particular es un ejercicio que recomiendo ya que los montos y conceptos en los que ahorras reflejan de forma objetiva tus prioridades y tu visión del futuro, siendo por tanto una herramienta para visualizar dónde te encontrarás en el mediano y largo plazo. Provisiones, reservas, fondos de ahorro, son los movimientos tácticos sobre los que se fundamenta una estrategia de ahorro, y en esta ocasión hablaremos de ellos para que tú también realices el ejercicio sobre tu propio presupuesto y evalúes así a donde te está llevando tu estrategia de ahorro actual.

Provisiones

Qué son: Las provisiones son aquellos importes que separas de tu gasto diario para cubrir pagos específicos que sabes tendrás en el corto plazo, siendo útiles para balancear tus gastos a través de tus períodos de pago de forma que no tengas picos elevados que te desequilibren.

Cómo se implementan: Un buen ejemplo podría ser el pago de la luz que en muchos países es bimestral, llegando a ser de un importe significativo en muchos hogares. Supongamos que tu pago promedio de luz sean $1000 y que tu pago sea quincenal. En vez de tener que ajustar tu presupuesto cada vez que llega a tu casa el recibo de luz para absorber esa cantidad, podrías separar cada quincena $250 para ahorrarlos y, llegado el momento, retirar los $1000 para pagar la luz. Los gastos decembrinos, las inscripciones y compras de útiles escolares y los mantenimientos preventivos del automóvil, son otros buenos ejemplos de rubros en los que puedes generar una provisión.

Qué reflejan: Las provisiones realmente son proyecciones de tus gastos a través del tiempo, indicando que eres una persona ordenada y previsora. Por tanto, la visión a futuro de quien aprovisiona es que mantendrá un flujo de efectivo sano. Sin embargo, si su único objetivo de ahorro es crear provisiones, estará indefenso ante los imponderables de la vida, sin la capacidad de abordar proyectos a largo plazo más exigentes financieramente como serían los estudios universitarios de sus hijos pequeños o su retiro.

Reservas

Qué son: Las reservas representan un ahorro a corto o mediano plazo sobre situaciones que consideras probable que sucedan y de las cuales desconoces el monto específico que necesitarás para cubrirlas. En sí son tu escudo financiero ante situaciones inesperadas, el cual evita que te tomen desprevenido reduciendo el impacto de esos gastos imprevistos sobre tu flujo de efectivo(en términos prácticos, sobre tu bolsillo).

Cómo se implementan: Quizá el mejor ejemplo sea la reserva para emergencias (otros autores lo nombran fondo de emergencias), para el cual supongamos separes un 2% del total de tus ingresos, es decir, que ganando $3000 quincenales, separes $60 ahorrándolos cada quincena. De tener que afrontar un imprevisto al año de estar incrementando tu reserva, tendrás $1440 – mas intereses – disponibles, es decir, cuando menos el 50% de tu pago quincenal. Otros ejemplos de reservas podrían ser gastos médicos menores (gripas, problemas intestinales, medicamentos), gastos no presupuestados (regalos de cumpleaños, material escolar), reparaciones menores en el hogar (fugas de agua, cortos).

Nota importante: una reserva de emergencias nunca suplirá un seguro, como pueden ser los de automóvil, hogar, responsabilidad civil o gastos médicos

Qué reflejan: Las reservas complementan a las provisiones fortaleciendo tu respuesta financiera ante los imponderables de la vida. Hablan de que eres una persona prudente y disciplinada, que busca estar preparada para el futuro reduciendo los sobresaltos, mas por sí solas no te permitirán abordar proyectos a largo plazo, sino solamente reducir el impacto hacia esos proyectos de gastos imprevistos.

Fondos de ahorro

Qué son: Representan esos ahorros que incrementas a través del tiempo con los importes que separas de tus ingresos para formar un capital para el futuro, depositándolos en cuentas de ahorro o de inversión. Son los que te permiten prepararte para tus proyectos, principalmente hablando a mediano y largo plazo.

Cómo se implementan: El ejemplo por antonomasia seguramente son los fondos para el retiro, obligatorios en muchos países por ley, por lo que son retenidos directamente de la nómina y depositados, junto con las aportaciones patronales y gubernamentales, en el fondo del trabajador (AFORES en México). Otros ejemplos podrían ser un fondo para abrir tu propio negocio, o un fondo para los estudios universitarios de tus hijos pequeños, o viajar al extranjero, adquirir tu casa, o los quince años de tu hija.

Qué reflejan: Cada fondo, si es llevado con perseverancia y disciplina, no tiene por qué no alcanzar el objetivo para lo que fue creado. Por tanto, es de esperar que una persona tenga en su futuro su propio negocio si se está preparando para ello. Es de esperar que conozca otros países si en ello está enfocada. Es de esperar que tenga la casa de sus sueños si se mantiene fiel a su esfuerzo. Sin embargo, los principales enemigos de los fondos de ahorro son los gastos imprevistos así como el tener que afrontar las emergencias, siendo estos algunos de los motivos de porqué los fondos de muchas personas se diluyen entre sus manos. El incluir en tu presupuesto provisiones y reservas te ayudarán a reducir de forma importante estos riesgos.

Ausencia de rubros de ahorro

Qué refleja: Aún que la gran mayoría de las personas reconocen al ahorro como un hábito que todos debiéramos tener, siendo una de las habilidades financieras básicas para tener finanzas personales sanas, son muchos los hombres y mujeres que no contemplan rubros de ahorro en su presupuesto bajo los más diversos motivos: apenas les alcanza para vivir, tienen otras prioridades, viven el hoy, nadie les garantiza el futuro, no saben cómo… Por tanto, es de esperar que el futuro les depare, precisamente, el que sólo les alcance para vivir, viviendo a expensas de la suerte y los vaivenes de la vida, requiriendo seguramente de créditos y préstamos para completar su gasto.

El hábito del ahorro realmente es la piedra angular de tus finanzas personales, por lo que es conveniente que revises tu presupuesto para observar a donde te está llevando tu estrategia de ahorro. Y de igual manera, cada vez que revises tu presupuesto por variar tus ingresos, tus gastos o porque requieras realizar algún ajuste, aprovecha para revisar los rubros destinados al ahorro.
Para complementar tu esfuerzo de ahorro, es muy interesante revisar los instrumentos de ahorro e inversión disponibles para escoger aquellos que mejore se adapten a tus necesidades, dándote los mejores beneficios.

¿Hoy manejas provisiones, reservas o fondos de ahorro? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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Ahorrar en época de vacas flacas

Ahorrando en época de vacas flacas

Una de las frases que más comúnmente escucho es “No puedo ahorrar” o “Apenas y me alcanza para cubrir mis gastos”. Sin embargo, el camino que lleva a mejorar nuestra situación financiera y con ello a ofrecer una mejor calidad de vida a nuestras familias pasa, invariablemente, por el ahorro. ¿El motivo? La única manera de dejar de vivir al día es teniendo un fondo de ahorro que te permita afrontar esos imponderables que tanto le gusta a la vida ponernos enfrente, además de permitirnos llevar a cabo nuestros planes y alcanzar nuestros objetivos sin necesidad de adquirir deudas que tan solo merman el bolsillo al comprometer nuestro flujo de efectivo. ¿Y cómo ahorrar cuando el dinero no alcanza? De eso hablaremos hoy.

El primer paso requiere que aceptemos con honestidad una verdad: sin importar cuánto estés percibiendo en este momento, si recibieras un diez por ciento más seguramente sabrías cómo usarlo para cubrir tus necesidades… Y por el otro lado, si recibieras un diez por ciento menos, verías cómo salir adelante aunque te representase un fuerte dolor de cabeza. El primer paso para el ahorro es separar parte de tus ingresos ajustando tus gastos.

¿Cuánto es recomendable separar? Una cantidad razonable es el 10% de tus ingresos… Pero no nos confundamos. Lo importante es que separes tu ahorro sin importar cuánto sea. Quizá sea sólo el equivalente a una lata de refresco diario, a dos cafés, o las palomitas de maíz del cine, pero como ya dijimos, es la semilla que te ayudará a desarrollar el hábito del ahorro.

¿Y dónde guardas ese dinero? La realidad es que si lo dejas a tu alcance, lo vas a gastar. Ya sea porque te salió un gasto no contemplado, o porque en ese momento no tenías efectivo, o porque estabas seguro que lo podrías devolver más adelante… Así que mientras más te compliques a ti mismo en tener acceso a ese dinero, mejor. Opciones hay muchas: La caja de ahorro de trabajadores en tu empresa generalmente es una extraordinaria alternativa , donde además de tener la facilidad de que tu cuota de ahorro sea descontada de tu nómina de forma sistemática, tu dinero está resguardado y puedes obtener intereses normalmente más altos que en el mercado, lo que te ayudará a defenderte de la pérdida de poder adquisitivo que provoca la inflación. También están otras opciones como bancos o cooperativas entre otros que tú ya conoces. El segundo paso es guardar el monto de tu ahorro en cuanto recibas tu dinero.

Acostúmbrate a ser más analítico a la hora de comprar o de adquirir productos o servicios. En muchas ocasiones dos personas que compran el mismo día el mismo modelo de televisión, terminan pagando cantidades sustancialmente diferentes… ¿El motivo? Las ofertas. En realidad el ahorrar es una habilidad que requiere tiempo y práctica. El tercer paso es esforzarte por desarrollar tu habilidad de ahorrar.

Poco a poco el dinero en tu cuenta de ahorro irá creciendo y tendrás la posibilidad de dividir tu capital de manera que te fortalezca financieramente. El cuarto y último paso es desarrollar estrategias de ahorro. Para ello:

  1. Aprovisiona dinero para gastos que sabes que tendrás en el corto plazo (si sabes que necesitas ir al oculista porque necesitas gafas, por ejemplo) o para tener un colchón ante emergencias o situaciones no contempladas;
  2. Reserva dinero para gastos fuertes que sabes tendrás en el mediano plazo (por ejemplo, la compra de útiles escolares o los gastos navideños), de forma que puedas poco a poco ir juntando el dinero para que no te signifique un quebranto cuando llegue el momento de realizar ese gasto;
  3. Genera fondos de ahorro a través de depósitos a largo plazo. Estos te permiten realizar esos proyectos como adquirir tu propia casa o cambiar de coche porque, además de un ahorro seguro, te ofrecen rendimientos muy superiores a las cuentas de ahorro normales o a los depósitos a corto plazo.

Lo más importante de todo es que no te desesperes. Tu estado de ánimo afecta a tus finanzas personales más de lo que muchos estamos dispuestos a aceptar. Por tanto, si en verdad quieres mejorar tu nivel de vida haz un esfuerzo para seguir estos pasos. Síguelos en este orden y no te saltes ninguno, ya que al fortalecer cada uno de ellos consigues facilitar el camino para realizar el siguiente.

¿Consideras qué es posible ahorrar aún cuando hace falta el dinero? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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El Fondo de Emergencias

Cómo crear tu propio Fondo de Emergencias

Un Fondo de Emergencias es una cantidad de dinero que ahorras para hacer frente a situaciones no planeadas donde necesitas liquidez en el momento para enfrentarlas, salvaguardando con ello tus finanzas, tu salud, y a tus seres queridos. Sin embargo el reto está no sólo en cómo formarlo, sino en qué estrategia seguir para salvaguardarlo en cuentas de ahorro e inversión. Hoy les presento una estrategia que en lo personal pongo en práctica y que ha sido de utilidad para otras personas.

I. Construyendo tu Fondo de Emergencias

  • Incluye en tu presupuesto un rubro específico para separar dinero para emergencias futuras. No lo tomes de lo que te sobra después de cubrir tus gastos, más bien planea tus gastos después de separar tu ahorro.
  • Procura separar cuando menos entre 1 y 3 pesos de cada 100 que ganes.
  • En cuanto recibas tu sueldo o tus ganancias sepáralo para que no tengas la tentación de gastarlo.
  • Si eres dueño de tu propio negocio, es conveniente que también tengas una provisión para las emergencias de tu empresa. Separa igualmente entre el 1% y el 3% recordando que esta provisión es ajena a tu fondo personal para emergencias, por lo que debes mantenerlas separadas.

II. Dónde depositarlo

  • La razón de ser del Fondo de Emergencias es tener el dinero disponible en el momento que lo necesites, por lo que es recomendable que lo tengas en una cuenta de ahorro a la vista (de preferencia asociada a tu tarjeta de débito para tener facilidad de pago y retiro de efectivo).
  • Si bien podrías mantener el dinero en tu cuenta eje, el riesgo de que termines usándolo en el gasto diario es grande, por lo que lo recomendable es separarlo a una cuenta específica.
  • El Fondo de Emergencia es un ahorro de corto plazo (es decir, una provisión) donde debe privilegiarse la liquidez. Por tanto, queda en segundo término los rendimientos e intereses que pueda darte la cuenta además de que el efecto de la inflación es despreciable.
  • Debido al punto anterior, busca que la cuenta donde salvaguardes tu Fondo de Emergencias no tenga comisiones ni exija mínimos forzosos o saldos promedios (o que éstos sean muy bajos).

III. Rendimientos en tu Fondo de Emergencias

  • Una vez que logras tener ahorrado un fondo que te permita enfrentar gastos menores, el excedente puedes ponerlo en un ahorro a plazo para ahora sí protegerlo en lo posible de la inflación a través de sus rendimientos.
  • El fondo base para tener en la cuenta de ahorro a la vista debe ser el suficiente para cubrir gastos que no puedan pagarse con tarjetas de crédito como honorarios, taxis, etc. Una forma de determinarlo es considerar 4 citas con un médico especialista (No porque vayas a ir al médico, sino tan solo para utilizarlo como unidad de medida). Donde vivo los honorarios promedio son de $550, por lo que el fondo base debiera ser de $2200.
  • Los excedentes a este importe podrías tenerlos en un ahorro fijo a 28 días (máximo). Una buena alternativa es depositarlo en la caja de ahorro de trabajadores de tu empresa en caso de tener esa prestación, ya que llegan a dar rendimientos superiores a los bancarios, CETES y Fondos de Inversión de renta fija.
  • Evita caer en la tentación de poner todo tu Fondo de Emergencias en una cuenta de inversión. Recuerda que el objetivo no es ahorrar – para ello, lo conveniente es incluir un rubro específico para el ahorro en tu presupuesto – sino estar preparado para un imponderable, para un evento que en muchas ocasiones no podrías prever que sucedería y ante el cual necesitas efectivo inmediato.

IV. Cómo utilizarlo

  • Tu Fondo de Emergencias es para enfrentar una emergencia, así que no dudes en usarlo. Esto lo subrayo porque he conocido a personas que prefieren endeudarse antes de tocar el dinero del fondo, confundiendo el objetivo del fondo (enfrentar financieramente un evento no contemplado) con el ahorro de mediano y largo plazo (dinero para el retiro, vacaciones, estudios o para poner en el futuro un negocio). Nuevamente, para esto último, lo mejor es incluir en tu presupuesto un rubro para el ahorro.
  • Ahora bien, úsalo sólo en emergencias, es decir, en situaciones en las que está en riesgo la salud o integridad de tu familia, o que te podría provocar gastos mayores de no atenderlo de forma oportuna. También he conocido personas que consideran una “emergencia” comprar una revista de colección, ir a ver un partido con los amigos o viajar a ver la presentación de un artista en otra ciudad… si lo vemos fríamente ninguna de éstas son emergencias.
  • Si es posible y eres una persona disciplinada, bien puedes aprovechar el financiamiento que otorgan las tarjetas de crédito pagando lo relativo a la emergencia con tu tarjeta y saldándola antes de la fecha límite de pago, tomando para ello el dinero correspondiente de tu Fondo de Emergencias. Esto te puede beneficiar por los puntos generados por el pago – la mayoría de las tarjetas contemplan programas de lealtad – y por el rendimiento que tuvieses en la cuenta donde mantienes tu fondo.

V. Cómo gestionarlo

  • ¿Recuerdas que sugería una líneas más arriba separar entre 1% y 3% de tus ingresos? Bien, cuando estés empezando procura separar cuando menos el 3%. Una vez que llegues al Fondo de Emergencias Base (el equivalente a las 4 citas con el especialista – $2200) reduce tu aportación al 1% si consideras que te cuesta trabajo mantener el ritmo del 3%.
  • En el momento que tomes dinero del Fondo Base, reponlo con el excedente que pudieses tener invertido al momento en que puedas realizar el retiro.
  • De no tener ese excedente, incrementa nuevamente tu aportación en tu presupuesto al 3%… o más, si puedes y quieres recuperar tu Fondo de Emergencias más pronto.

Para concluir, es importante reconocer que el Fondo de Emergencias no es suficiente para enfrentar cualquier emergencia de tu familia. Sirve para emergencias menores, pero no para los daños que puedes hacer con tu automóvil, o para reparar tu casa después de sufrir los embates de un temblor, un huracán u otro desastre natural, así como tampoco para atender enfermedades graves y largas como puede ser el cáncer o la diabetes.

Es por ello que el Fondo de Emergencias debe verse como parte de una estrategia más grande, como un complemento a pólizas de seguros que te permitan garantizar la salud y el bienestar de tu familia… Y sobre esta estrategia de cobertura a emergencias platicaremos en un próximo artículo.

¿Manejas en casa alguna estrategia para afrontar emergencias? ¿Tienes alguna experiencia qué compartir con nosotros? ¿Te quedó alguna duda o inquietud? Compártenos tus opiniones, las cuales serán seguramente de interés para la comunidad.

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Cuidado con la especulacion en el ahorro

Cuidado con la especulación, el canto de sirenas de los ahorradores

Más allá del sentido peyorativo con el que señalamos como «especuladores» a los inversionistas sin escrúpulos, existen muchos ahorradores que especulan – a veces sin darse cuenta – con cuentas de ahorro y otros instrumentos de inversión, siendo el resultado normalmente que terminan perdiendo dinero y dañando sus finanzas personales. En esta ocasión platicaremos sobre cómo sucede este tipo de especulación, de cómo afecta al ahorrador y qué hacer para evitar caer en este espejismo, a través de la experiencia de tres personas que en su momento me platicaron su historia…

El ahorro golondrino.

Hace tiempo me contactó una dama para que le recomendara dónde depositar su dinero. Tras la venta de una propiedad tenía un capital importante, el cual ya había movido entre diversas cuentas bancarias. ¿El motivo? Como le preocupaba no estar recibiendo los intereses que le correspondían por su dinero y desconfiando de los asesores de los bancos, prefería platicar con sus amistades sobre dónde ellos tenían su dinero, y en cuanto escuchaba de alguna cuenta que daba mejores rendimientos, retiraba su dinero para abrir una nueva cuenta donde ahora sí le dieran lo que con justicia merecía. El mayor problema es que los movimientos los hacía en efectivo, con lo cual en cada nuevo depósito le retenían el Impuesto para Depósitos en Efectivo (LIDE). ¿Resultado? No sólo perdía el rendimiento que hubiese podido ganar con el instrumento anterior, sino también parte de su capital…

El cazador de rendimientos

En una ocasión me contactó un joven que sentía que el sistema se burlaba de él: Cada vez que invertía su dinero en una buena oportunidad, la oportunidad desaparecía. Me contó que viendo que el dólar subía decidió comprar dólares, pero que al poco tiempo dejó de subir para posteriormente empezar a bajar. Entonces decidió comprar onzas de plata al ver que también estaba subiendo, para que al poco tiempo también su valor bajara. Finalmente, al escuchar que la bolsa estaba teniendo altos resultados como nunca antes, decidió invertir en fondos indexados… para que en menos de una semana perdiera más de tres puntos porcentuales. ¿Resultado? En cada operación que hacía terminaba perdiendo dinero, ya que vendió los dólares, la plata, y las acciones del fondo a un precio menor de lo que había pagado por ellos.

Parálisis de análisis

Platicando con un conocido me confió que tenía su dinero en una cuenta de ahorro a la vista, listo para transferir sus recursos en el momento en que se encontrara ante una buena oportunidad. Si bien la idea parecía razonable en un principio, platicando un poco más surgió que llevaba ya un tiempo prolongado analizando las diferentes opciones que le caían en las manos, estudiando estadísticas, hablando con diferentes asesores y elaborando complicados cuadros comparativos. Debo reconocer que me sorprendió la profundidad de sus investigaciones y que me mostró muchas cosas que yo no había siquiera escuchado, pero el problema era que la cuenta de ahorro le daba menos del 1% al año. ¿Resultado? Absorto en un análisis que no llevaba a ningún lado, que más que ayudarle le impedía tomar decisiones, no se daba cuenta que lo que obtenía por su dinero era muy inferior a la inflación, por lo que aún que viera que el monto de dinero que tenía en su cuenta se incrementaba poco a poco con el tiempo, en realidad perdía valor, y con ello poder adquisitivo.

Cualquiera de nosotros puede caer en alguno de esos escenarios sin darse cuenta, lo cual podemos evitar si seguimos algunos principios sencillos:

  • Se consciente que el rendimiento de los instrumentos de ahorro e inversión se encuentra en continuo movimiento, por lo que siempre habrá un instrumento que de mejores rendimientos respecto a donde tienes depositado tu dinero. Por tanto, no dejes que esto te preocupe;
  • Es una buena práctica el comparar diferentes opciones, pero una vez que decidas dónde depositar tu dinero, mantenlo ahí el tiempo determinado por el plazo o el horizonte de inversión del propio instrumento. Ahora bien, lo ideal es que mantengas tu ahorro cuando menos un año para que te des tiempo de observar cómo realmente se comporta;
  • Antes de cambiar de instrumento de ahorro, primero confirma que la nueva opción en realidad es mejor en cuanto a rendimientos, atención, calidad y servicio;
  • Los instrumentos de inversión como las divisas, los metales preciosos, los fondos de renta variable y la bolsa requieren de preparación para invertir en ellos. En todos estos casos la especulación es un ingrediente válido e importante, por lo que si te sientes interesado lee y capacítate antes de invertir. Para tus primeros pasos siempre será aconsejable que contactes a un asesor financiero honesto y experimentado;
  • No te dejes llevar por las noticias o los comentarios de los amigos. Las primeras tienden a ser sensacionalistas y tendenciosas, y tus amigos posiblemente tengas conocimientos respecto a instrumentos financieros semejantes a los tuyos;
  • No te dejes intimidar por las minusvalías, es decir, por ver que el rendimiento del instrumento disminuye y aún que se vuelva negativo. Recuerda: mientras no saques tu dinero, no tienes una pérdida real;
  • Es válido analizar las opciones pero hazlo de forma activa: tomando decisiones. La regla básica es obtener cuando menos rendimientos superiores a la inflación.

Finalmente, no te precipites ni te ciegues por conseguir siempre los más altos rendimientos: El éxito en las finanzas personales se parecen más al maratón (constancia) que a una carrera de cien metros planos (velocidad).

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