Ideas prácticas y probadas para inculcar el hábito del ahorro en tus hijos

Con la cercanía del día del niño, quisimos dedicar un artículo a los pequeños ahorradores. Y es que lo de menos es que les abramos una cuenta y depositemos en ella alguna cantidad para cuando crezcan, pero ¿cómo inculcarles el hábito del ahorro? Conforme los niños crecen la manera como se relacionan con su entorno se modifica, su proceso de aprendizaje evoluciona, sus intereses cambian. Por ello las ideas sobre las cuales conversaremos se encuentran agrupadas de acuerdo a la edad del infante, desde la etapa pre-escolar hasta la adolescencia.

La etapa pre-escolar

Una vez que tu hijo ha dejado la costumbre de llevarse cosas a la boca (aproximadamente 4 años), es un buen momento para que aprenda tres cosas fundamentales del dinero: Tiene valor, es una herramienta de intercambio y puedes almacenarlo. Como ésta es una etapa caracterizada por el aprendizaje a través de la exploración y experimentación, permítele que se familiarice con monedas y billetes. Adicionalmente deja que sea él quien entregue el dinero (claro está, tú realizas los cálculos y verificas el cambio) cuando realicen compras sencillas como las realizadas en tiendas de conveniencia, puestos de periódicos o heladerías, siendo totalmente válido el jugar «a la tiendita».

Por otro lado, compra una alcancía que tú puedas abrir, de manera que depositen ahí algunas monedas retirándolas cada cierto tiempo para que él compre algo que le guste en la tienda. Es muy importante que sea en una alcancía donde él meta el dinero y que de forma periódica saquen dinero para comprar debido a que en esta edad el pensamiento abstracto no está aún desarrollado, así que los conceptos «meterlo al banco» y «ahorrarlo para cuando crezcas» para ellos significa «desaparece el dinero». Esto no quiere decir que no tengas un fondo para sus estudios sino al contrario: si tienes oportunidad, hazlo. Pero involucrarlo en esta etapa no le ayudará a comprender el valor del ahorro. Sus metas son de muy corto plazo y muy enfocadas en el momento, debiendo actuar en consecuencia.

Primeros años escolares

En esta etapa muy posiblemente tu hijo ya manejará la aritmética básica (sumas y restas) así como el valor abstracto de los números. De igual forma ya comienza a desarrollar el sentido de la responsabilidad además de ser consciente de que tiene la facultad de influir en su entorno… En pocas palabras, ya es un niño «grande».

¿Y cómo aprovechamos lo anterior? Bien, para este momento ya sabe cuánto valen las diferentes monedas y billetes, por lo que al hacer las compras permítele que sea él quien pague (siempre bajo tu supervisión) determinando qué monedas o billetes dar y verificando el cambio que deba recibir de vuelta. Deja que sea él quien haga las sumas y restas – así sea con los dedos -, y si se atora, ayúdale a realizar los cálculos con paciencia.

Es también buen momento para empezar a darle una cantidad periódica de dinero para sus propios gustos, pero no se lo des de a gratis. Que se lo gane cumpliendo con aquellas cosas que en casa determinen siendo importante hacer una separación entre responsabilidades básicas (como obedecer a mamá y papá, o hacer en la tarea) de aquellas que tendrán como recompensa el domingo o gastada (como la calidad con la que está hecha la tarea, o el bañar al perro).

Respecto al ahorro, en esta etapa ya puedes abrirle una cuenta de preferencia a su nombre (para que la sienta «suya») siendo la idea dejarle el control de la alcancía… pero poniéndole una meta: Periódicamente se sacará dinero de la alcancía para depositar en la cuenta, depositando tú una cantidad semejante a la suya si ahorró cuando menos el 10% de lo que le diste (estos, claro, son ejemplos que puedes adaptar según creas conveniente). También da muy buenos resultados que sea él quien realice (bajo tu supervisión) los depósitos y retiros de su cuenta, además de sentarte a revisar con él los estados de cuenta para que se familiarice con ellos y vea como los intereses le ayudan a incrementar sus ahorros.

La primaria mayor o pre-adolescencia

Cuando tu hijo rebasa los 10 años es el momento de inculcarle lo que es el esfuerzo financiero: De entre las cosas que desee (un juego de video, una bicicleta) escoge algo que no le vayas a comprar y no permitas que nadie más se la regale. Él lo tiene que conseguir por su propio esfuerzo ahorrando parte de su domingo o gastada, e incluso realizando actividades adicionales como bañar a los perros de sus abuelos o los coches de sus vecinos. Mis hijos incluso me pidieron en su momento apoyo para ir a vender limonada y donas de canela en un parque cercano a la casa, para así conseguir el dinero que les hacía falta. Eso sí, la meta no debe ser demasiado lejana: Si el monto es muy grande para ellos, puedes llegar a acuerdos como el que una vez que ellos logren ahorrar la mitad, tú das la otra mitad.

Otra iniciativa que ha demostrado dar buenos resultados es involucrarlo en el desarrollo del presupuesto familiar, desde temas tan sencillos como las compras del súper, hasta proyectos grandes como salir de viaje en las próximas vacaciones o la fiesta de quince años (suya propia de su hermana).

Importantísimo: Queremos inculcarles el ahorro, no el endeudamiento. Por tanto no se vale prestarles el dinero para que después te lo paguen. Uno de los grandes problemas de la vida moderna es que la sociedad consumista en la que estamos inmersos busca la satisfacción inmediata de sus deseos. Detrás del endeudamiento con tarjetas de crédito está el no poder esperar a ahorrar para comprar cosas que en realidad no son críticas ni urgentes. Así que cuando tu hijo te sugiera que le des lo que le falta y después te lo paga, o cuando alguien (la abuela o tía consentidora) te diga que sólo es un niño y que ella aporta la diferencia, sopesa seriamente qué es lo que buscas inculcarle.

La adolescencia

Esta es la etapa en la que tu hijo empieza a definirse a sí mismo, en que es consciente que no tiene por qué pensar igual que tú, en que empieza a probar sus alas llegando incluso a retar a la autoridad. Por ello es un buen momento para el toque final de la estrategia que hemos venido siguiendo: Para salir con sus amigos o amigas, para regalarle algo a la niña o niño que les gusta, necesitan dinero. De la misma manera empiezan a ser conscientes de la presión social por lo que tarde o temprano querrán utilizar una marca de ropa en especial, o algún accesorio/producto/móvil de moda.

Así que más que nunca, ¡no les soluciones la vida pagándoles todo! Deja que se esfuercen por ello en un esquema semejante a lo visto en la etapa anterior, pero eso sí, dejando claras las reglas del juego desde un principio. Por ejemplo: Que para su cumpleaños o navidad podrás comprarles la ropa que les gusta, pero si en otra fecha quieren la playera de su equipo de fútbol favorito, entonces ellos se la tendrán que comprar. Que si bien es posible que tú les compres el celular en esquema de prepago, ellos tendrán que ponerle crédito una vez que se acabe lo que estipulen que tú les darás además de tener que comprar otro en caso de perder o descomponer el que tú les has entregado. Ya no se trata sólo de ahorrar dinero, ahora el objetivo es también planear y cuidar sus recursos, que sepan comparar costos-beneficios, inculcarles el tomar decisiones asesorados por el mejor mentor que pueden encontrar: tú mismo.

¡Éxito!

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